Cargando...
No dio la sensación durante muchos momentos que el tiempo hubiera pasado para el jugador de Manacor, de 37 años, que con la prudencia necesaria advirtió en su día que este 2024 podría ser el último de su exitosa trayectoria en el tenis. No pareció que el mejor deportista español de siempre hubiera estado 349 días sin disputar un partido individual en una pista de tenis. Sacó adelante con autoridad y con un estupendo juego el choque por 7-5 y 6-1 después de una hora y media sobre la pista Pat Rafter Arena del Queensland Tennis Centre, que acogió con entusiasmo, con cariño y con cierta expectación la nueva puesta en escena del jugador español.
Lea más: Rune avanza, Shelton y Murray caen
No tiene nada que demostrar a estas alturas Nadal, que presume de una de las mejores carreras de la historia y que hace tiempo asume una nueva realidad, distante de grandes aspiraciones, de retos que ya consiguió.
El ganador de 22 Grand Slam disfrutó de sus nuevas y buenas sensaciones. Regresó como siempre. Atrás dejó aquel mal momento de la segunda quincena de enero del pasado año cuando perdió un partido del Abierto de Australia que terminó de mala manera ante el estadounidense Mackenzie McDonald.
Lo acabó dañado, lesionado en el psoas ilíaco de la pierna izquierda. Nada hacía pensar que ya no volvería a pisar una cancha en todo el 2023 y que en cada entrevista recibiría más preguntas sobre su retirada que sobre sus objetivos. Nadal ha sido capaz de frenar la ansiedad, que plasmó en la cancha, en su retorno, sensaciones alentadoras y un gran juego. EFE