La receta que nos ofrece Hugo Robles, en esta puesta que se presenta en la sala Molière de la Alianza Francesa, tiene un buen equilibrio entre lo dulce y lo cómico, a partir de un elenco bien balanceado.
La trama gira en torno a dos familias, de alguna manera conectadas por la incipiente relación entre los personajes de Andrea Quattrocchi y Manni Delvalle, cuya buena química de trabajo se hace evidente en escena. Margarita Irún encarna a la entrañable abuela Chela, que reparte dulzura con su arroz con leche, pero también mucha picardía en los diálogos con su hija, una desopilante Lourdes García, y su nieta.
Por el otro lado, está Silvio Rodas interpretando a un abuelo, empresario de la construcción, que a lo largo de la vida ha perdido a su esposa y su hija, madre de sus nietos encarnados por Lara Tomassi y Delvalle.
La trama, que transcurre entre escenas cómicas y otras más emotivas, invita al público a ver cómo se vivía el romance décadas atrás y cómo se manifiesta hoy entre los jóvenes. La tecnología y los cambios que se han dado en el lenguaje se vuelven un condimento fundamental en la dramaturgia de esta obra.
Cabe destacar la apuesta realizada en cuanto a la escenografía y utilería, así como la utilización de la música para realzar el significado de algunas escenas.
Hoy a las 20:00 será la última función y las entradas se pueden adquirir en la Red UTS. Espero que usted también pueda degustar esta receta.