Compinches incombustibles

Las pantallas gigantes exhibían fotos de acuerdo a las canciones que iban interpretando Joaquín Sabina y Joan Manuel Serrat en el espectáculo “No hay dos sin tres”, que presentaron el sábado en el SND Arena.
El escenario se transforma en una taberna española en “19 días y 500 noches”. Un show muy bien producido en las luces y videos, así como en el guion y en la colección de canciones que llenaron tres horas de espectáculo.
Joaquín Sabina y Joan Manuel Serrat saben quitar partido de la gran experiencia que tienen en los escenarios.

Ya están de vuelta de todo, incluso de dos giras en conjunto. Son autores de una buena parte del repertorio de la canción hispanoamericana de los últimos cincuenta años, y volvimos a tener el gusto de verlos juntos en un escenario haciendo lo que saben hacer: compartir sus canciones y disfrutar la vida. Joaquín Sabina y Joan Manuel Serrat, compinches incombustibles.

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Serrat y Sabina ofrecieron el show “No hay dos sin tres” el sábado en el SND Arena, ante unas cuatro mil personas. Como era de esperar, hicieron un recorrido por su vasto repertorio, que incluyó los clásicos infaltables y algunas sorpresas, que sus seguidores más firmes supieron premiar. Nos llamó la atención la cantidad de gente vestida “a lo Sabina”, con el chalequito negro y un bombín si es posible, o algún sombrerito negro, en su defecto.

Un show que sigue la línea del que dieron en abril de 2012. Pero aquí, la producción está más afinada, con un mejor desempeño de las pantallas de video y un guión más definido, donde sacan a relucir su lado más jodón, riéndose de la vejez y manifiestan toda la cancha que tienen en el manejo del escenario. Varios cambios de vestuario, incluidos los disfraces de bucaneros al cantar “La del pirata cojo”.

Nuevamente juntaron a sus mejores músicos; Serrat trajo a dos de sus grandes maestros musicales: Ricard Miralles y Kitflus, y Joaquín a los infaltables Pancho Varona y Antonio García de Diego. A ellos se sumaron el baterista Pedro Barceló, el guitarrista David Palau, el saxofonista Josemi Sagaste, la bajista Laura Gómez Palma y las cantantes Mara Barros y Sofía Alegría.

Tres horas de show que comenzaron con esa invitación a la vida y al desafío de las buenas costumbres que es “Esta noche contigo”, de Sabina, y culminó con ese canto a la celebración comunitaria que es “Fiesta”, de Serrat.

Algunas las cantaban juntos, y otras, por separado. A “No hago otra cosa que pensar en ti” le cambiaron la letra, jugando con el paso de los años. Se tiraron espinas y flores en unos monólogos divertidos que sellaron cantando juntos “Pero qué hermosas eran”.

Muchas canciones se intercambiaron, como “Las malas compañías” y “La Magdalena”, que las cantó Serrat; y “Paraules d’amor”, que la interpretó Sabina, en catalán. Serrat también recordó a Alberto Cortez (fallecido este año), que le había cedido “Nanas de la cebolla”, e hizo “Che pykasumi”, solo en guaraní, ovacionada de pie por la gente.

Emotiva la parte en que cantan las coristas en “A la sombra de un león”, y también las viejas fotos de cine en las pantallas, cuando Serrat interpretaba “Los fantasmas del Roxy”. Y, claro, los clásicos “Mediterráneo”, “Y nos dieron las diez”, “Cantares”, “19 días y 500 noches” y tantos otros.

En fin, un show inolvidable. Estarán viejos, pero saben quitarle partida a la experiencia, y mucho.

sferreira@abc.com.py

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