Unzicker vs. Fischer, 1960

“De todas las ciudades donde ha estado, Buenos Aires era su favorita: Le gustaba la comida, el entusiasmo de la gente por el ajedrez, y las calles anchas”.

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Eso es lo que dice Frank Brady, autor de la mejor biografía sobre Robert James Fischer, Endgame Bobby Fischer’s Remarkable Rise and Fall.

Después de vencer, empatado con Boris Spassky, en el torneo de Mar del Plata, jugado del 29 de marzo al 15 de abril de 1960, Fischer, con 17 años, jugó por primera vez en Buenos Aires en el “Torneo del Sesquicentenario”, del 23 de junio al 23 de julio.

Fue un torneo muy fuerte para la época, con 14 Grandes Maestros entre los 20 participantes.

Mark Taimanov escribió en Shakhmaty v SSSR que al llegar se sorprendió por la gran importancia que daban los medios locales al torneo, era “un gran evento ajedrecístico. Los periódicos estaban llenos de artículos del torneo, fotos de los participantes, y pronósticos”. El diario Clarín dio el suyo: “La Unión Soviética es la mayor fuerza ajedrecística del mundo, Korchnoi es su campeón, por lo que debe ser el favorito”.

Taimanov citó las palabras de Fischer en la primera conferencia de prensa, exentas de falsa modestia “Soy el más joven del torneo, pero también soy el más fuerte, quiero salir primero”; Taimanov recuerda que Samuel Reshevsky, el gran rival de Fischer en EE.UU., comentó que no le importaría terminar 19º si Fischer salía 20º.

Fischer comenzó con solo 2 ½ puntos sobre 4, en la 5ª ronda quiso ganar a toda costa un final equilibrado contra Eliskases y perdió, luego de otras tablas perdió dos partidas seguidas, arrollado por el campeón argentino Bernardo Wexler y tras graves errores ante Wolfgang Uhlmann.

En una recepción dada a los participantes ese día Fischer dijo: “Se acabó. No más fracasos. Comenzaré mi serie de victorias mañana, ¿Con quién juego? ¿Taimanov? Más razón para comenzar a ganar”.

Taimanov estaba casi al lado, y esas palabras le sirvieron de estímulo. “Di todo en esa partida”, comentó, fue una Nimzoindia muy compleja en la que pudo ganar, está analizada en uno de los libros de Dvoretsky, suspendió con ventaja, tenía un peón de más en un final de alfiles, y a Fischer le aguardaba una difícil defensa.

“Bobby no podrá salvarse, es imposible, necesita jugar con una precisión increíble” le dijeron sus colegas a Taimanov, pero cuando llegó a la fase crítica “Bobby comenzó a jugar con la precisión de una máquina…jugó casi 15 jugadas únicas en un minuto. Estaba asombrado”, fue tablas, escribió Taimanov, cuando le preguntó a Fischer cómo se las ingenió para jugar así el final, Fischer le dijo radiante, “No tuve que hacer nada. Hace siete años [Es decir, ¡cuando tenía 10 años!] vuestra revista Shakhmaty v SSSR analizó este final (por Averbakh) y conocía todas las variantes…”.

Taimanov quedó admirado por “su inventiva defensa y su erudición enciclopédica”, no obstante, tras el torneo escribió: “Fischer está demasiado creído que es un genio… El joven americano sin duda es muy talentoso, pero su juego no está desprovisto de serios defectos”.

Más de una década después Taimanov escribió desde otra posición: “Francamente, muchos años después cuando tuve que jugar con Fischer en su camino al Olimpo ajedrecístico [en 1971, Fischer le ganó 6 a 0], los recuerdos de esa partida aliviaban mi ánimo: en toda la partida yo estaba mejor y Fischer tenía que luchar por las tablas”.

En la 10ª ronda Fischer empató con Reshevsky, y en la 11ª tuvo un desafortunado accidente frente al alemán Wolfgang Unzicker, donde tocó un peón, al ver que lo perdía lo jugó a otra casilla debilitando irremediablemente su posición.

El libro de torneo se refiere al hecho con dos comentarios a mi parecer fuera de lugar: “En este momento y casi maquinalmente Fischer tocó su peón de h7 para rechazar el alfil, aunque se dio cuenta a tiempo que así lo perdía. Pero Unzicker, que desde lejos vigilaba el tablero advirtió el intento, y Fischer no tuvo más remedio que avanzar el peón dos casillas”, en otro lugar se pregunta si lo que hizo Fischer fue por una cuestión de ética o porque lo estaban mirando.

Unzicker, en el libro Bobby Fischer from genius to legend es más considerado, dice, “Fischer mostró una corrección ejemplar. Tras haber tocado el peón lo movió, siguiendo la regla: pieza tocada-pieza movida, aun cuando fuera una movida perdedora para él. Yo no tenía intención de protestar si Fischer hubiera hecho una movida con otra pieza. Hubiera sido difícil para mí probar que había roto esa regla, además no me gusta para nada dirigirme a los árbitros en casos así. Fischer perdió la partida por una ceguera momentánea y su honestidad, que me llevó a esa victoria, nunca me ha dado placer”.

En las últimas ocho partidas Fischer ganó dos, y sufrió otra derrota, e hizo cinco tablas. Empató del 13º al 16º puesto con 8½ puntos sobre 19, fue un verdadero desastre.

La lucha por la victoria en el torneo estuvo entre Reshevsky, que era el líder a falta de pocas rondas, y su perseguidor, Korchnoi.

Korchnoi comenta en Chess is my Life que en una recepción hacia el final del torneo, conoció a María Rosa Oliver, ganadora del Premio Lenin de la Paz en 1957, quien le dejó clara su preferencia, que ganara un soviético y no un norteamericano; Korchnoi escribió: “Los tentáculos de la propaganda soviética llegaban hasta Sudamérica”.

Es una simplificación excesiva, Oliver (Buenos Aires, 10 de septiembre de 1898 – 19 de abril de 1977), descendiente de María de los Remedios Escalada de San Martín, fue una destacada escritora, traductora, ensayista y activista, de izquierdas, sí, que luchó contra el nazismo, fundó la Revista Sur y la Unión argentina de Mujeres (UAM, con su amiga Victoria Ocampo), promoviendo el voto femenino, ayudó a exiliados de la Guerra Civil Española, etc.

“María Rosa Oliver tuvo suerte”, concluye Korchnoi “porque Reshevsky aflojó en la recta final y conseguí alcanzarlo”.

El Torneo del Sesquicentenario fue muy exitoso para los argentinos, Héctor Rossetto y Carlos Guimard se convirtieron en grandes maestros, derrotando en el camino a adversarios renombrados, el que más puntuó fue Guimard, que venció a Szabo, Evans, Taimanov, Gligoric, Uhlmann, Benko e Ivkov, hizo un 60,71 % contra los extranjeros, mientras que Rossetto, que hizo el 50 % con ellos, venció a Korchnoi, Pachman, Uhlmann, Benko, e Ivkov; Rossetto tuvo el hándicap de comenzar con cuatro derrotas.

Faltaron a la cita Raúl Sanguineti y tres de los mejores ajedrecistas de Argentina, Miguel Najdorf, Julio Bolbochán y Oscar Panno.

Najdorf porque tenía compromisos y tras estar durante las primeras rondas se fue por negocios a Venezuela, Oscar Panno estaba siendo maltratado por su federación, que tras ser campeón del mundo juvenil y luego candidato al Campeonato del Mundo, era obligado a jugar preliminares del Campeonato Argentino, en esa época (1959 a 1961) no jugó torneos, y se dedicó a terminar sus estudios de Ingeniería.

Julio Bolbochán se solidarizó con su ex pupilo y tampoco jugó, ninguno de los dos integró luego el equipo argentino en la Olimpiada de Leipzig 1960.

Es oportuno recordar la famosa frase de Panno dirigida al ámbito local, pero válido para más lugares: “A los dirigentes les encanta el ajedrez, pero detestan a los ajedrecistas”.Volviendo al desastroso torneo de Fischer, ¿cuál fue la razón del mayor, y casi único, fracaso de toda su carrera? al parecer Don Miguel tuvo algo de “culpa” en ello.

Cuenta Brady que “el rumor que circuló, tanto entonces como años después, era que [Fischer] estaba hasta el amanecer – al menos en una ocasión – con una belleza argentina, quedándose físicamente agotado, sin prepararse contra sus adversarios. El experimentado gran maestro argentino Miguel Najdorf, que no jugaba el torneo, le mostró la vida nocturna de Buenos Aires”.

Fischer, a sus 17 años, creyó que tenía energía para todo, “aun durmiendo muy poco, noche tras noche. Desafortunadamente cuando estaba en problemas ante el tablero y llamaba a su musa ajedrecística para salvarlo, no había respuesta”, remató Brady.

Para colmo su archirrival Samuel Reshevsky, que, a diferencia de Fischer, desplegó un juego magnífico, compartió el primer lugar.

En todo caso Fischer no volvió a cometer jamás este “pecado de juventud”, durante los torneos y matches que tuvo después mantuvo siempre una actitud profesional extrema.

Recordemos la accidentada derrota de Fischer ante Unzicker.

Wolfgang Unzicker – Robert Fischer Defensa Siciliana [B98], Sesquicentenario Buenos Aires (11), 07.07.1960 1.e4 c5 2.Cf3 d6 3.d4 cxd4 4.Cxd4 Cf6 5.Cc3 a6 6.Ag5 e6 7.f4 Ae7 [7...Db6 era la otra continuación preferida de Fischer.] 8.Df3 Dc7 9.0–0–0 0–0 [Fischer se aleja de la movida que utilizaba casi en exclusividad, 9...Cbd7 sin definir todavía la colocación del rey.] 10.Ad3 Cc6 11.Cxc6 bxc6 12.Dg3

[Esta es la posición en que Fischer tocó el peón h para jugar 12...h6, lo explicó así en el número de Julio-Agosto de 1963 de Chess Life “Espero que ninguno de mis lectores hagan la jugada que hice en respuesta [a 12.Dg3]: 12...h5 Toqué el peón para jugar ...h6 y me di cuenta, justo a tiempo, de que las blancas puede jugar Axh6. Por lo que tuve que jugar la jugada sin sentido ...h5, que debilita mi ala rey y posteriormente perdí…”. ] 12...h5?? [“Contra 12.Dg3 de Unzicker la réplica correcta es 12...e5, con mejor juego para las negras. Si 13.fxe5 dxe5 14.Ac4 Ch5 15.Dh4 Axg5+ 16.Dxg5 Cf4 las negras están mejor”, añade Fischer.] 13.e5 [La debilidad de su monarca hace que la posición negra sea insostenible.] 13...dxe5 14.fxe5 Cg4 15.Axe7 Dxe7 16.Ce4 [Con idea de 17.h3 Ch6 18.Cf6+.] 16...Dc7?! [Resistía más 16...Rh8, a lo que seguiría 17.Ae2.] 17.h3 Cxe5 [17...Ch6 18.Dg5.] 18.Cf6+ Rh8 19.Dg5 Cxd3+ 20.Txd3 gxf6 21.Dxh5+ Rg7 22.Dg4+ Ante 22...Rh7 23.Dh4+ Rg8 24.Tg3+. 1–0

PROBLEMA Nº 542

Solución del Problema Nº 541

Blancas: Rg1, Dd3, Ta1, Tc3, Ac1, Af1, Cd2, a4, b2, d5, e4, f2, g3 (13)

Negras: Rg8, Dg7, Ta8, Te5, Ad7, Cg4, Cf6, a6, b7, c5, d6, f7, h7 (13)

Juegan las Negras

El Campeonato de EE.UU. de 2015 se jugó del 1 al 12 de abril en San Luis, los máximos favoritos Hikaru Nakamura (2.798) e Irina Krush (2.477) son los campeones masculino y femenino respectivamente.

El torneo masculino de Categoría XVI (2.642 de Elo promedio) fue “el más joven de la historia”; Nakamura, de 27 años, hizo 8 puntos sobre 11, le siguieron Ray Robson (2.656) de 20 años, con 7½ puntos y Wesley So de 21 años (2.788) con 6½ puntos.

So protagonizó un extraño incidente, fue penalizado con la pérdida del punto ante Varuzhan Akobian (2.622) tras 6 jugadas al no hacer caso de la prohibición de escribir notas distintas a las permitidas, (frases para darse ánimo, que el maestro de origen filipino acostumbra hacer); había sido advertido de que era ilegal en dos rondas previas, y que a la tercera perdía. Samuel Sevian (2.531), de 14 años, jugó su primera final e hizo el 50% tras ganar con fortuna en la última ronda a Conrad Holt (2.530).

En la posición del problema Nakamura se impone por un fulminante ataque.

24...Dh6! 25.Ag2 [25.Cf3 evita la entrada en h2, pero tras 25...Dh5 cae el vital peón de e4.] 25...Dh2+ 26.Rf1 Cxf2! [Esta entrega y la demoledora ofensiva recuerdan al Mikhail Tal de los años 50.] 27.Rxf2 Ah3 28.Df1 Txe4! [Amenazando entre otras 29...Axg2 30.Dxg2 Te2+, o 29...Tae8] 29.Cxe4 [A 29.Dh1 gana 29...Cg4+ 30.Rf3 Axg2+ 31.Dxg2 Ce5+ 32.Rf2 Te2+.] 29...Cxe4+ 30.Re3 [Pierde, pero no es mejor 30.Rf3 Dxg3+.] 30...Axg2 31.Df4 Cxc3 32.Dg5+ Rf8 33.bxc3 Te8+ 34.Rf2 Ah1+ 0–1 Troff, K (2.532) - Nakamura, H (2.798), San Luis (8), 09.04.2015

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