En una visita a nuestro diario la última semana, el ingeniero Luis María Fleitas señaló que el acuerdo logrado es “algo inédito”, teniendo en cuenta que no ha sido fácil reunir a 52 técnicos del sector eléctrico para debatir sobre lo que debe hacerse para una exitosa revisión del Anexo C del Tratado de Itaipú, ya que el grupo está compuesto de gente de izquierda, de derecha, del centro y de todos los partidos políticos, de modo que ha sido bastante difícil consensuar en un 100% sobre las posiciones.
Acerca del punto, añadió que, por ejemplo, se logró coincidir en que la Nota Reversal N° 02/17, el principal subproducto del “Acuerdo Cartes-Macri de 2017, puede imposibilitar una negociación exitosa en Itaipú, y que en el acta final está aparte, como una “observación”. “Definitivamente, teniendo como precedente el acuerdo paraguayo-argentino, sería casi imposible lograr algo bueno en Itaipú”, alertó el ahora funcionario jubilado de la entidad.
Consultado en qué sentido dificultaría las negociaciones en Itaipú, dijo: “El principal problema de la Nota Reversal, para mí, es que sigue cediendo a la Argentina nuestra energía por otros 30 años, a una tarifa irrisoria de US$ 11 el megavatio hora. O sea, cómo lograríamos que Brasil nos pague US$ 12, 15 o 50 si a la Argentina le vamos a dar una tarifa privilegiada por otras tres décadas más”.
Añadió que también hay acuerdo entre todas las “tendencias ideológicas” en vender mejor nuestra energía, dejando la simple cesión. Dijo que, además, hay “consenso total” en que nuestro país disponga libremente de ella y la comercialice al mejor postor. “Por estas razones, es de vital importancia que se rechace el acuerdo Cartes-Macri”, insistió.
Requerido si todavía se puede revertir el citado acuerdo, y cómo se haría, Fleitas afirmó que se puede recurrir a una acción de inconstitucionalidad, porque la mencionada nota reversal se había tratado ilegalmente dos veces. “La primera vez que se había intentado fue rechazado, pero poco después fue aprobada por una “mayoría circunstancial”, pero violando la Constitución nacional”, expresó el ahora jubilado de Itaipú.
Posiciones antagónicas
Al señalársele que en el grupo también hay gente que ha decidido “plegarse” a la ANDE, y que esta empresa del Estado sea prácticamente la única que maneje todo lo que vendrá después del año 2023, a pesar de sus malos antecedentes administrativos, el ingeniero Fleitas contestó: “El conflicto que persiste en la actualidad es de estatistas contra libremercadistas. Por el primer sector tenemos a cuatro personas a favor, algunas de ellas inclusive son columnistas de este diario, en cuyas cabezas no entra que se pueda des-
regular el mercado eléctrico, a pesar de que con eso no se está hablando de privatización”.
“Entonces –añadió– automáticamente entran en corto y comienzan a hablar (falsamente) de privatización, y es la forma en que los estatistas aglutinan alrededor de sí líderes sindicales e impiden que haya un cambio en el Paraguay”.
Comentó, asimismo, que el Presupuesto General de la Nación hoy orilla los US$ 13.000 millones al año, de los cuales se ejecutan alrededor de US$ 8.000 millones, de los que el 90% es destinado a pagar sueldos y salarios de 300.000 empleados públicos, que a su vez son en un 90% colorados, pese a que somos 7.000.000 de habitantes”, lamentó el profesional.
Desregulación del mercado eléctrico
Ante la oposición a la creación de la Comercializadora de Energía de Entes Binacionales (Conebi), el ingeniero Luis María Fleitas aclaró que este ente no será un ente privado, sino una institución especializada estatal. Sin embargo, comentó que hoy día el 70% de la energía del Brasil está en manos privadas, tendencia que había comenzado con el expresidente Fernando Henrique Cardoso, y fortalecida por Luis Inacio da Silva, a pesar de ser un presidente de izquierda. “Petrobras ya se está privatizando, y dentro de poco sucederá lo propio con Eletrobras. Allí sí vamos a tener problemas graves, porque del otro lado todas serán empresas rápidas y ágiles, y nosotros seguiremos en la época de las cavernas”, advirtió.