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Según datos de ADEC, luego del trágico fallecimiento del marido de la empresaria (Heinfried Kress), Beate asumió la dirección del grupo empresarial, logrando aumentar la frontera de producción agrícola, renovar sus maquinarias, reactivar la producción de jugos y continuar con la visión de posicionar la marca Frutika.
"Lo que premiamos realmente es su liderazgo, el que asumió con mucho éxito a partir de un vacío que quedó con la muerte del marido, cuando podría haber decidido otra cosa. Realmente, en sus decisiones y en su gestión ha demostrado el compromiso con el país, desarrollando una zona donde hoy tenemos una ciudad denominada Kressburgo", destacó.
Según ADEC, a pesar de su falta de experiencia en el área de producción y comercialización, Beate decide monitorear personalmente todas las empresas, desarrollándose en ella cualidades innatas de liderazgo que rápidamente la hicieron merecedora del respeto y lealtad de todas las personas vinculadas a las empresas del grupo.
Dice que, además, tiene presente la importancia de la inversión en la comunidad que constituye un factor de desarrollo de cualquier emprendimiento. A través de Frutika y Kimex, se construyó una comisaría totalmente equipada para luego donarla al Estado paraguayo. La empresa también subvenciona una escuela gratuita con 400 alumnos, para los funcionarios de las empresas.
Kressburgo es un pueblo de Itapúa creado en 1995 por la familia Kress. La mayoría de sus 2.000 habitantes tiene alguna relación laboral con las empresas Kimex y Frutika.