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Los escándalos de corrupción son cada vez más frecuentes en el entorno del presidente Mario Abdo Benítez. Pero esto parece no importarle al mandatario ya que nunca toma decisiones para sancionar a los responsables o al menos alejarlos de su entorno.
El último evento involucra directamente al Jefe de Gabinete Civil, Juan Ernesto Villamayor. Se trata de una investigación publicada por el diario The Washington Post, según la cual un comisionado del opositor venezolano Juan Guaidó estaría negociando con el Paraguay la deuda que reclama PDVSA de Venezuela y a la cual nuestro país se opuso en su momento por considerarla desmedida.
El día de ayer Villamayor dijo en el Palacio de Gobierno que él no tiene por qué explicar algo que no se concretó. Su perspectiva del servicio público siempre fue curiosa, pues normalmente asume poses de señor feudal, molestándose cuando se le piden explicaciones por sus extraños comportamientos.
Juan Ernesto, o Juancho como le dicen los amigos, tiene una larga lista de cargos públicos y numerosos episodios poco claros. Fue uno de los citados en el escándalo de la quiebra del Banco Nacional de Trabajadores entre los presuntos responsables del esquema que concedió créditos a sindicatos y personas sin respaldo.
También estuvo durante el gobierno de Luis Ángel González Macchi como ministro de la Reforma, siendo mencionado por gestiones administrativas sospechosas.
Tuvo recientemente una cercanía como asesor de campaña de Marito en la interna del Partido Colorado, para luego acceder como titular del Ministerio del Interior. En este lugar tampoco tuvo actuaciones destacadas, siendo incluso mencionado en mensajes donde se solicitaba dinero al prófugo Darío Messer, “hermano del alma” de Horacio Cartes, para no ser detenido.
El nombramiento del anterior Procurador General de la República se le atribuye indirectamente, puesto que Sergio Coscia es parte de su estudio jurídico y compartió con él la defensa de empresarios españoles involucrados en la venta de helicópteros a la Policía Nacional, una cuestionada operación. Asimismo, defendieron a la empresa española Ivesur en su conflicto con la Municipalidad de Asunción, habiendo decidido un Tribunal que la Comuna asuncena pagase cuantiosos honorarios a los dos abogados. Coscia acaba de renunciar debido a un oscuro acuerdo al que arribó en representación de los intereses del Paraguay en una demanda de la empresa de maletín, Texos, a Petropar a pesar de no haber proveído productos a la petrolera paraguaya.
Cuando Villamayor habla con la soberbia acostumbrada, enojado por el pedido de explicaciones, lo hace sin duda con la complacencia del Presidente de la República, quien como es su costumbre, suele mantener silencio y emitir rumores de que él no tiene conocimiento de los posibles fatos. Eso pasó con la venta de energía de la ANDE, con el escándalo de las licitaciones de mascarillas, el acuerdo de la Procuraduría, y muchos otros casos.
Si tal como dijo Villamayor en conferencia de prensa, Paraguay no podría de hecho haber acordado nada con los enviados del presidente de la Asamblea Nacional y reconocido por varios países, entre ellos el Paraguay, como presidente encargado de Venezuela, Juan Guaidó, porque la administración está en poder del dictador Maduro: ¿para qué recibió a los enviados del líder opositor? ¿Por qué recibió los dos famosos borradores, que dice tener pero no exhibe? ¿Qué es lo que contienen esos “borradores”? ¿Es casualidad que un abogado del tío del presidente Marito iba a ser beneficiado con una exorbitante comisión? ¿Por qué se realiza una acción paralela habiendo un litigio ante el Tribunal Arbitral de la Cámara de Comercio Internacional?
El presidente de la República debe dejar de manejar los intereses nacionales como temas de asado con amigos que concurren a su quincho. Es su obligación aclarar todo lo que aparece oscuro, desligarse de personajes como Juan Ernesto Villamayor, con ínfulas de la nobleza criolla. Funcionarios como él ensombrecen aún más su ya desprestigiada administración. También debe destituir al presidente de Petropar, Denis Lichi, por su cuestionable desempeño en este caso. Es de desear que la Secretaría Nacional Anticorrupción actúe con la firmeza necesaria en este sucio asunto y emita cuanto antes su dictamen.
El sistema republicano de Gobierno tiene al pueblo como mandante, sus gobernantes y funcionarios son mandatarios, por lo cual deben rendir cuentas todos los días. Es responsabilidad del Presidente poner la casa en orden. Debe respetar a la gente que lo votó y no actuar a sus espaldas. ¡Basta de acuerdos bajo la mesa!