WASHINGTON (AFP). El tratado firmado en 1987 por el entonces presidente estadounidense Ronald Reagan y el líder soviético Mijaíl Gorbachov, limitaba el uso de misiles de alcance intermedio (de 500 a 5.500 km), tanto convencionales como nucleares.
“No queremos una nueva carrera armamentística, pero nos aseguraremos de que nuestra disuasión sea creíble” frente al despliegue del nuevo sistema de misiles rusos, anunció el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg.
En febrero, el presidente de Estados Unidos, Donadl Trump, había iniciado el proceso de salida del pacto, acusando a Rusia de incumplirlo.
Poco después Moscú inició su proceso de retirada, y el mes pasado el presidente ruso, Vladimir Putin, suspendió formalmente su participación.
Ayer, el secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, anunció la retirada formal de Washington durante un foro regional en Bangkok.
“Rusia es el único responsable de la desaparición del tratado”, dijo Pompeo en un comunicado al término de una reunión de ministros de Relaciones Exteriores de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN).
“Rusia fracasó en volver a un cumplimiento total y verificado a través de la destrucción de su sistema de misiles”, dijo en tanto Pompeo, en referencia al misil de crucero propulsado desde tierra 9M729.
El fin del tratado generó temores en Europa.
“Europa no puede convertirse en el escenario de una nueva carrera armamentística”, dijo el ministro de Relaciones Exteriores de Austria, Alexander Schallenberg.
El viceministro ruso de Relaciones Exteriores, Serguéi Riabkov, también urgió a Estados Unidos a implementar una moratoria en el despliegue de misiles nucleares de alcance intermedio tras abandonar el INF.
Pompeo aseguró ayer que Estados Unidos “buscaba una nueva era del control de armas que vaya más allá de los tratados bilaterales del pasado”, y pidió a Pekín unirse a las discusiones.
“Estados Unidos llama a Rusia y China a unirse a nosotros en esta oportunidad para entregar resultados de seguridad reales a nuestras naciones y al mundo entero”, declaró.
El INF era visto como uno de los dos acuerdos clave sobre armas entre Moscú y Washington. El otro es el nuevo tratado START, que mantiene los arsenales nucleares de ambos países muy por debajo de su pico de la Guerra Fría.