Chile protesta pese a “mea culpa” de Piñera

ESTALLIDO SOCIAL EN CHILEgentileza

Pese a los gestos de conciliación del presidente Sebastián Piñera, miles de chilenos seguían ayer protestando por las calles de Santiago y otras ciudades en respuesta a un llamado a huelga general en medio de las manifestaciones desatadas hace seis días con saldo de 18 muertos.

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SANTIAGO (AFP). Estudiantes, jubilados, profesores, funcionarios públicos y miembros de los servicios de salud pública acogían el llamado de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) y otra veintena de organizaciones sociales, en medio del estado de emergencia y el toque de queda que rige en el país desde hace cuatro días, en el peor estallido social en Chile en al menos tres décadas.

Tres personas, entre ellos un niño de 4 años, se sumaron ayer al listado oficial de 18 muertos, cinco de ellos por acción de las fuerzas del orden.

Las organizaciones sociales demandaban al Gobierno de Piñera deponer el estado de emergencia y “devolver los militares a sus cuarteles”, junto a históricas peticiones para mejorar las pensiones, mayores recursos a la salud y a la educación pública, entre otras demandas.

El alza en el precio del pasaje del metro prendió la mecha de un estallido social que primero le explotó al presidente en forma de incendios, saqueos y graves disturbios y luego tornó en masivas manifestaciones de personas.

El reclamo contra el aumento del pasaje de metro derivó en un movimiento heterogéneo y sin liderazgo identificable (como los “Chalecos amarillos” en Francia) que pone sobre la mesa otras demandas, principalmente un aumento de las bajísimas pensiones del sistema privado, herencia de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990).

Guerra, perdón y medidas

Jaqueado por una indignación popular que parece lejos de aplacarse, Piñera pidió “perdón” el martes en la noche y reconoció su “falta de visión” para anticipar el estallido, cambiando el tono dos días después de afirmar que el país estaba “en guerra”.

El mandatario además anunció un paquete de medidas, entre ellas mejorar las pensiones de los más pobres, suspender un aumento del 9,2% de las cuentas de la luz, complementar el salario mínimo, establecer un seguro para la compra de medicamentos y aumentar los impuestos a sectores de mayores ingresos.

También planteó reducir las dietas de los parlamentarios y altos sueldos de la administración pública, junto a la disminución del número de congresistas y limitación de reelecciones. Pero las medidas no dejaron satisfecho a gran parte de la población.

Miércoles de queda

Durante la madrugada de ayer, Santiago y otra decena de ciudades vivieron el cuarto toque de queda desde que comenzó el conflicto.

Unos 20.000 militares y policías realizaron controles a vehículos y personas, mientras se registraron disturbios y accidentes aislados.

Cientos de chilenos residentes en Argentina, Francia y España también han salido a las calles con banderas y lienzos para apoyar las manifestaciones. En tanto, el papa Francisco manifestó su preocupación por la crisis y llamó a “encontrar soluciones” a través del diálogo.

El Banco Central chileno advirtió que las protestas afectarán la evolución de la economía.

“Desiguales e injusticias”

Un estudio divulgado ayer por la empresa Ipsos, indica que 67% de los encuestados “se cansaron de sus condiciones de vida en materia económica, de salud y pensiones”, que perciben como “desiguales e injusticias”.

Los sindicalistas exigen que se instaure una agenda social desarrollada junto a las organizaciones de base.

Las FF.AA. decretaron por quinto día consecutivo un toque de queda nocturno –culmina esta mañana– para hacer frente a la crisis social.

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