Además, criticó las presiones de la administración de Donald Trump para sacar del poder por la fuerza al heredero de Hugo Chávez (+).
“Consideramos inaceptables las sanciones e intentos del uso extraterritorial de legislación nacional”, afirmó Lavrov, sin aludir específicamente a esta cuestión, al participar en una mesa de diálogo que impulsan el gobierno y un sector minoritario de la oposición.
“Nuestro enfoque es que cualquier crisis, incluso en Venezuela, puede ser solucionada a través de medidas políticas y diplomáticas con el diálogo inclusivo entre venezolanos”, aseguró.
Rusia es uno de los principales aliados de Maduro, sometido a una batería de sanciones de Washington que incluyen un embargo petrolero desde abril de 2019 y un bloqueo financiero a la devastada economía del país caribeño.
Moscú es además el segundo acreedor de Venezuela, después de China, con unos US$ 7.500 millones, según una estimaciones de la consultora local Ecoanalítica.
Para Lavrov, el objetivo de las sanciones es generar un “levantamiento” popular contra Maduro, quien se aferra al poder con apoyo de un sector de la población, los militares, China y Cuba.
Por su parte, el canciller venezolano Jorge Arreaza reiteró que “Rusia y el presidente (Vladimir) Putin en particular siempre han apoyado las iniciativas de diálogo que puedan conducir a acuerdos políticos para solucionar cualquier tipo de coyuntura de crisis”.