EL CAIRO (EFE). “Desde principios de diciembre hasta ahora, la cifra de desplazados es de 1.005.000”, indicó la ONG, con sede en el Reino Unido pero con una amplia red de colaboradores sobre el terreno.
Según el Observatorio, este último aumento de desplazados en el noroeste sirio se produce por el avance de las fuerzas leales al presidente sirio Bachar al Asad en las zonas rurales del norte y oeste de Alepo.
El aumento de la escalada militar en Idlib y el oeste de Alepo, donde las fuerzas sirias y su aliada Rusia libran una ofensiva desde el pasado 29 de abril para recuperar el último bastión opositor, llevó a que al menos 575.000 personas se desplazaran desde el pasado 24 de enero, en menos de un mes, apuntó la ONG.
El Observatorio indicó que “muchos” desplazados tienen que sobrevivir a las duras condiciones meteorológicas, puesto que viven a la intemperie en medio del invierno que vive el país.
Según el último recuento de Naciones Unidas del 14 de febrero, al menos 830.000 personas, la mayoría de ellas mujeres y niños, se han desplazado desde principios de diciembre.
La ONU ha subrayado que lo más urgente es proveer de cobijo a los desplazados, ante la falta de capacidad para alojarlos en medio de las bajas temperaturas en la zona, que han permanecido bajo cero durante días.
Ofensiva final
Idlib y el oeste de Alepo son considerados el último bastión opositor del país y están prácticamente dominados por el Organismo de Liberación del Levante, alianza islamista en la que está incluida la exfilial siria de Al Qaeda, catalogada como “terrorista” por Damasco y Moscú.
Desde el mes pasado, las tropas sirias han reforzado su ofensiva en la región noroccidental.
Las tropas sirias capturaron ayer las afueras occidentales de la ciudad de Alepo, en el noroeste del país, que era el centro de operaciones de las facciones opositoras e islamistas para atacar la segunda urbe más importante del país controlada por Gobierno.
La agencia estatal SANA señaló que las unidades del Ejército sirio recuperaron más de una decena de zonas que eran limítrofes a la ciudad, por lo que han conseguido “asegurar” el perímetro de la urbe, por primera vez en ocho años de guerra en Alepo.
Con la toma de control de esta zona, las unidades sirias leales al presidente Bachar al Asad han dado un duro golpe a las facciones insurrectas ya que utilizaban esos suburbios para lanzar cohetes directamente contra la ciudad de Alepo, causando víctimas mortales.