GINEBRA (AFP, EFE). Decenas de ensayos clínicos están en marcha para poner a punto kits de detección menos caros y más precisos, así como un tratamiento o una vacuna capaces de combatir el coronavirus, que ha infectado a más de 217.000 personas y ha dejado más de 9.000 muertos en el mundo, hasta ahora.
“Haremos todo lo posible para que la vacuna sea accesible a todos los que la necesiten”, dijo Paul Stoffels, vicepresidente del comité ejecutivo de Johnson & Johnson.
“Es una promesa que la industria (farmacéutica) hace en conjunto”, dijo en el curso de una videoconferencia organizada por la Federación Internacional de Fabricantes Farmacéuticos (IFPMA).
Proceso acelerado
Las formalidades administrativas pueden simplificarse y acelerarse en esta carrera contrarreloj, los recursos no faltan y las asociaciones del sector público y privado permiten diluir el riesgo financiero por las inversiones colosales que exigen la investigación y la producción.
Sin embargo, advierten que tanto productores como autoridades de control no pueden transigir sobre la seguridad de una potencial vacuna, y por tanto no se puede acelerar el calendario de los ensayos clínico y el estudio de los resultados.
“Tenemos tres ejes de trabajo: asegurar la distribución (...), redirigir la tecnología existente (...) y crear nuevos tratamientos, nuevas vacunas, nuevos tests de detección que contribuirán a erradicar el covid-19”, explicó David Ricks, consejero delegado de Eli Lilly and Company y presidente de Ifpma.
Por eso, los industriales estiman que una vacuna podría estar en el mercado en los próximos 12 a 18 meses.
Una vez que la fórmula esté validada por las agencias de regulación, habrá que producir una cantidad suficiente y garantizar el suministro a todo el planeta.
Con el fin de superar los obstáculos a la producción y el transporte, los directivos de los grandes laboratorios han pedido a los Estados que “clasifiquen la industria farmacéutica entre los sectores esenciales” de la actividad del país, y permitan a los trabajadores a desplazarse hasta las plantas.
Prioridad
David Ricks aseguró que, si las farmacéuticas pueden tener a sus trabajadores en las fábricas y el material transita sin obstáculos entre países, no habrá problemas en garantizar el suministro de todas las medicinas esenciales.
Nunca se ha concebido una vacuna eficaz contra algún miembro de la familia de los coronavirus para los humanos y esto hace que “la mayoría de los programas” de ensayos clínicos que se realizan contra el covid-19 estén condenados al fracaso, advirtió Rajeev Venkayya, responsable del desarrollo de vacunas del grupo Takeda.
La ventaja en cambio de embarcarse en todo tipo de proyectos es que “algunos lo lograrán”, sostuvo.
Distribución mundial
Sobre el comercio internacional de medicinas, el responsable de Eli Lilly recordó que el transporte aéreo de carga —un servicio ampliamente utilizado por las farmacéuticas— se ha reducido y señaló que la industria necesita “ayuda para garantizar que el movimiento aéreo sigue abierto entre los países”.
El consejero delegado de la farmacéutica suiza Roche, Severin Schwan, alertó sobre poner en riesgo la cadena de suministro global que permite que su compañía siga produciendo, en particular las pruebas de diagnóstico del coronavirus que se están utilizando en numerosos países.
Explicó que para las pruebas se requiere no solo la evaluación en sí misma, sino también instrumentos indispensables para que funcione, así como consumibles de plástico, los cuales vienen de distintas partes del mundo.
“La prueba que hemos distribuido en todo el mundo es producido en Estados Unidos, los instrumentos en Suiza y los consumibles en Alemania. Así que, si no hay una cadena de aprovisionamiento internacional, nadie en el mundo podrá hacerse una prueba”, indicó.
Italia, con más fallecidos
Los fallecimientos en Italia por el coronavirus ascendieron ayer a 3.405, con lo que este país se convierte en el primero del mundo en número de víctimas mortales, por delante de China (con 3.245).
El número de casos positivos actualmente es de 33.190 en Italia, mientras que ya han sido dados de alta 4.440 personas.
Las personas ingresadas con síntomas son 15.757, mientras que las personas en cuidados intensivos son 2.498.
Hay 300 niños con coronavirus, pero, en un punto positivo, no hay víctimas fatales ni casos graves.