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El FMI calcula que la inflación llegará en este año al 1.000.000%.
En la otrora potencia petrolera los precios aumentan cada vez con mayor velocidad, alcanzando niveles inverosímiles.
Unas gafas de lectura pueden costar 1.000 millones de bolívares (unos 300 dólares a la tasa del mercado negro), y un kilo de ajo 32 millones (10 dólares), frente a un salario mínimo de solo 1,5 dólares.
Harían falta 10 millones de billetes de la más alta denominación para comprar los lentes.
El efectivo se esfumó, y reinan las transferencias electrónicas.
Inicialmente, el gobierno planeaba eliminar tres ceros al bolívar, por lo que quitarle cinco “es reconocer la hiperinflación”, dijo Henkel García, director de la consultora Econométrica.
“Pero es un reconocimiento parcial, pues debería estar acompañado de una reforma económica para frenarla”, añadió.
El régimen chavista, devenido en auténtica dictadura, repite una y otra vez que todo es debido a una supuesta “guerra económica” del “imperio”, en referencia a Estados Unidos, que sin embargo es el único cliente que le paga religiosamente el petróleo que le compra.
La realidad es que bajo el gobierno de Hugo Chávez se despilfarró, en corrupción y clientelismo político, la mayor bonanza petrolera que vivió el país en su historia.