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JERUSALÉN (EFE, AFP). Abás habló por teléfono con los líderes de Egipto, Jordania, Qatar y Francia durante el fin de semana, después de que diversas informaciones apuntaran a que el presidente de EE.UU., Donald Trump, sopesa aceptar Jerusalén como capital de Israel.
Los palestinos reclaman la parte oriental de la ciudad como capital de un futuro Estado palestino.
Según el portavoz del presidente palestino Mahmud Abás un reconocimiento estadounidense de Jerusalén como capital de Israel “destruiría el proceso de paz” israelo-palestino.
El presidente estadounidense, Donald Trump, prometió durante su campaña electoral de 2016 que trasladaría la embajada de su país a Jerusalén.
Una ley del Congreso estadounidense adoptada en 1995 estipula que la representación diplomática de Washington en Israel debe estar en Jerusalén.
Pero, la medida cuenta con una cláusula que da al presidente la potestad de suspender la aplicación de la medida, por seis meses.
Desde que fue sancionada la ley, cada mandatario estadounidense, cada seis meses, ha suspendido su aplicación.
El día de hoy, el presidente Trump deberá firmar esa misma cláusula, o no hacerlo, que es la decisión que se supone tomará. Esto implicará que la ley debe aplicarse, y la embajada deberá ser trasladada a Jerusalén.
En junio, Trump eligió seguir el ejemplo de sus predecesores y firmar la cláusula. “Quiero darle una oportunidad” al proceso de paz “antes de pensar en trasladar la embajada a Jerusalén”, alegó recientemente.
El movimiento islamista, Hamás, prometió una nueva “intifada” (guerra santa) si la administración estadounidense muda su embajada a Jerusalén.
“No permitiremos este complot, les advertimos contra cualquier decisión en ese sentido y llamamos a nuestro pueblo a reavivar la intifada —rebelión de los palestinos contra Israel— si se toman decisiones injustas respecto a Israel”, aseguró Hamás en un comunicado.
“Jerusalén seguirá siendo árabe y palestina”, advirtió el movimiento extremista palestino.