Cargando...
MADRID (AFP). Vacas, ovejas, caballos... por unas horas el ganado volvió a hacer uso de unas antiguas prerrogativas del Siglo XV para cruzar la capital española en la fiesta de la trashumancia, una costumbre ancestral que todavía mantienen algunas ganaderías.
"Todavía se hace (la trashumancia) con las ovejas que bajan del norte a las llanuras castellanas" y Extremadura, relata Vanesa Sánchez, que acompaña a un grupo de vacas de las montañas de Cantabria (norte).
"Es una fiesta con la que recuerda que Madrid era y es todavía una vía pecuaria, una cañada", relata, mientras detrás de ella se oyen los silbidos de un grupo de pastores que acompañan a uno de los rebaños de ovejas, que sustituyeron este domingo a los coches en el centro de la capital española.
"Estas vienen de Colmenar Viejo (a una veintena de kilómetros al norte de Madrid)", dice Gerónimo García, de 69 años, señalando a las ovejas que recorren a sus pies la céntrica Calle de Alcalá, después de haber cruzado la emblemática Puerta del Sol.
Ya retirado, García afirma tener todavía ovejas en una casa en la sierra madrileña, que le recuerdan su infancia en los campos de la vecina provincia de Segovia cuando acompañaba a sus padres.
"Yo iba con mis padres que tenían rebaños. Les ayudaba a llevar las ovejas", recuerda con una sonrisa, precisando que sigue participando todos los años en esta fiesta de la trashumancia, que colorea un día al año la capital española con las imágenes de los trajes regionales de varias provincias y regiones españolas como Cantabria o Castilla y León.
"Uno de los rebaños ha venido andando desde La Rioja (norte)", siguiendo la costumbre ancestral de la trashumancia, pasando por la provincia de Soria y llegando a Madrid, relata García, muy implicado en esta celebración "que me da la vida".
España cuenta todavía con unas diez grandes rutas trashumantes que atraviesan todo el país de norte a sur contando en total unos 124.330 km, aunque ya solo unos pocos siguen haciendo estos caminos a pie.
Recordando lo que ocurría en la Edad Media cuando los representantes de la Mesta, el gremio medieval que aunaba a los pastores trashumantes, llegaron a un acuerdo con la villa de Madrid en 1418, un mayoral pagó a un representante del consistorio madrileño 160 maravedíes (una antigua moneda medieval) por el paso ayer de varios miles de ovejas por el centro de Madrid.
Dos siglos antes, el rey Alfonso X "El Sabio" había permitido a los pastores en 1278 moverse libremente con sus rebaños respetando lugares como los "panes" (campos de cereal, ndlr), las huertas, las dehesas, las viñas y los prados de guadaña (que se siegan anualmente, ndlr).
El largo desfile, que hizo las delicias de madrileños y turistas, se abría con unos pastores que llevaban tres perros pastores, reminiscencia de los hombres que precedían y acompañaban a los rebaños con unos canes destinados tanto al control como a la protección de las reses de lobos u otros depredadores.
Músicas regionales acompañaban a los animales, que dejaron boquiabiertos principalmente a los más pequeños.
"Todavía se hace (la trashumancia) con las ovejas que bajan del norte a las llanuras castellanas" y Extremadura, relata Vanesa Sánchez, que acompaña a un grupo de vacas de las montañas de Cantabria (norte).
"Es una fiesta con la que recuerda que Madrid era y es todavía una vía pecuaria, una cañada", relata, mientras detrás de ella se oyen los silbidos de un grupo de pastores que acompañan a uno de los rebaños de ovejas, que sustituyeron este domingo a los coches en el centro de la capital española.
"Estas vienen de Colmenar Viejo (a una veintena de kilómetros al norte de Madrid)", dice Gerónimo García, de 69 años, señalando a las ovejas que recorren a sus pies la céntrica Calle de Alcalá, después de haber cruzado la emblemática Puerta del Sol.
Ya retirado, García afirma tener todavía ovejas en una casa en la sierra madrileña, que le recuerdan su infancia en los campos de la vecina provincia de Segovia cuando acompañaba a sus padres.
"Yo iba con mis padres que tenían rebaños. Les ayudaba a llevar las ovejas", recuerda con una sonrisa, precisando que sigue participando todos los años en esta fiesta de la trashumancia, que colorea un día al año la capital española con las imágenes de los trajes regionales de varias provincias y regiones españolas como Cantabria o Castilla y León.
"Uno de los rebaños ha venido andando desde La Rioja (norte)", siguiendo la costumbre ancestral de la trashumancia, pasando por la provincia de Soria y llegando a Madrid, relata García, muy implicado en esta celebración "que me da la vida".
España cuenta todavía con unas diez grandes rutas trashumantes que atraviesan todo el país de norte a sur contando en total unos 124.330 km, aunque ya solo unos pocos siguen haciendo estos caminos a pie.
Recordando lo que ocurría en la Edad Media cuando los representantes de la Mesta, el gremio medieval que aunaba a los pastores trashumantes, llegaron a un acuerdo con la villa de Madrid en 1418, un mayoral pagó a un representante del consistorio madrileño 160 maravedíes (una antigua moneda medieval) por el paso ayer de varios miles de ovejas por el centro de Madrid.
Dos siglos antes, el rey Alfonso X "El Sabio" había permitido a los pastores en 1278 moverse libremente con sus rebaños respetando lugares como los "panes" (campos de cereal, ndlr), las huertas, las dehesas, las viñas y los prados de guadaña (que se siegan anualmente, ndlr).
El largo desfile, que hizo las delicias de madrileños y turistas, se abría con unos pastores que llevaban tres perros pastores, reminiscencia de los hombres que precedían y acompañaban a los rebaños con unos canes destinados tanto al control como a la protección de las reses de lobos u otros depredadores.
Músicas regionales acompañaban a los animales, que dejaron boquiabiertos principalmente a los más pequeños.