El chacariteño Celso Luis Alvarenga Oviedo, de 24 años, y el sanlorenzano Hugo Ramón Pizurno, de 29 años, son hasta ahora los mayores exponentes del Primer Comando da Capital (PCC) recapturados tras la fuga masiva de 76 reos de la cárcel de Pedro Juan Caballero, ocurrido el 19 de enero pasado.
Celso cayó preso en el año 2015 por un asalto y Hugo en 2016 por narcotráfico (ver los recortes de ABC Color sobre ambos casos).
Los dos están imputados también por la masacre de 10 integrantes del clan Rotela en la penitenciaría regional de San Pedro de Ycuamandyyú, registrado el domingo 16 de junio del año pasado (Día del Padre).
De hecho, los dos son miembros del mando medio del PCC en prisión, es decir, con una jerarquía inmediatamente inferior a los líderes brasileños, pero por encima de los soldados recién bautizados.
Desde que salieron de la prisión hace exactamente tres semanas, Celso, Hugo y el brasileño Laurindo de Souza Netto, este último de 25 años de edad, fueron alojados en un elegante departamento del edificio Yguazú de Pedro Juan Caballero, situado a solo 50 metros de la línea internacional que separa Paraguay del Brasil y a siete kilómetros de su último lugar de encierro.
Laurindo, quien pudo escapar antes del allanamiento del edificio, es considerado incluso como uno de los financistas de la fuga masiva.
El extranjero es uno de los miembros de más alta jerarquía del PCC que estaba preso en Paraguay, junto con David Timoteo Ferreira, también evadido.
Ambos cayeron presos en 2017 en posesión de un arsenal, en Pedro Juan Caballero, y en diciembre pasado habían sido condenados en un juicio muy cuestionado. Laurindo ligó 10 años de condena y Timoteo solo cinco.
Según lo datos surgidos en la frontera, los recapturados Celso Luis Alvarenga Oviedo y Hugo Ramón Pizurno, más el aún fugitivo Laurindo de Souza Netto, estaban preparando un gran golpe para recuperar y devolver la plata invertida por el PCC para el escape de los integrantes de la facción.
De hecho, en fotografías que andaban enviando a sus cómplices, los ahora encarcelados nuevamente se dejaban ver con armas que se iban a usar en el atraco.