Como cuando las artistas veteranas se valen de la iluminación para ocultar arrugas y desperfectos, así lo está haciendo la Comuna capitalina, que ha decidido iluminar algunas calles del microcentro de Asunción para maquillar los baches y la basura que pululan en la ciudad.
Estos son los primeros preparativos que se perciben con miras a un nuevo aniversario de la fundación de Asunción. Sin embargo, las luces no pueden ocultar la dejadez reinante en la capital del país.
Edificios emblemáticos, como el Cabildo o la Catedral de Asunción, están rodeados de basura y aguas negras que producen los damnificados, las cuales no son correctamente saneadas por el Municipio.
Pese a ello, El Cabildo recibe todos los días a turistas extranjeros. José Suárez, de Asturias, España, no se mostró preocupado por la presencia de los damnificados. “A ver, si hacen su vida a su manera, y tú pasas a su lado, y viendo que hay coches de policías allí, qué te pueden sacar. Yo siempre salgo con poca plata del hotel; solo para pequeños gastos. Lo que pasa es que se ve degradada la zona, y sucia”, comentó.
Gustavo Santacruz, guardia de El Cabildo, señaló que con los damnificados, que hace pocos meses se instalaron frente al edificio, no han tenido problemas. “Algunos ya se están mudando a sus antiguas casas. Creemos que están esperando que merme un poco la humedad para dejar las plazas. Con los damnificados de la crecida anterior, que eran del bajo, sí tuvimos muchos problemas, pero con esta gente que está ahora, no”, refirió.
Santacruz agregó que llegan todos los días turistas de varios países para conocer El Cabildo, y en su camino cuentan con custodia policial y música tropical a todo volumen, permanente e ininterrumpida, proveniente de la villa nómada.
Por su parte, los congresistas de la Nación ya se adelantaron para evitar que otros damnificados vuelvan a ocupar la plaza ubicada al costado del Palacio Legislativo. Le han puesto rejas para eludir una futura invasión. En una ocasión anterior ya habían usado telares en ese sector para ocultar la presencia de los damnificados.