Iglesia pide respetar a indígenas

El padre Juan Lino Flores, primer sacerdote indígena, junto a la Virgen.
Margarita Mbywangi recitó una letanía muy sentida en su idioma originario, que arrancó lágrimas en la multitud.
Monseñor Lucio Alfert tuvo a su cargo la homilía de ayer dedicada a los pueblos originarios del Paraguay.
La liturgia a cargo de representantes de los pueblos originarios tuvo momentos muy emotivos.

Las leyes a favor de los índígenas son muy lindas, pero se cumplen poco, afirmó ayer el obispo del Vicariato Apostólico del Pilcomayo, Lucio Alfert, en Caacupé, en el cuarto día del novenario a la Virgen.

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CAACUPÉ, Cordillera (Desiré Cabrera, de nuestra redacción regional). Indígenas de las parcialidades ava guaraní, nivaclé y ayoreos tuvieron a su cargo la liturgia, que mostró momentos muy emotivos, como el pedido de perdón por tantos atropellos a la naturaleza y la violencia que reina en la sociedad, especialmente contra las mujeres.

El acto de contrición estuvo a cargo de Margarita Mbywangi que recitó una letanía muy sentida en su idioma originario, hecho que hizo que varias personas presentes en la explanada derramaran lágrimas de emoción.

Asimismo, en el momento del ofertorio representantes de todas las parcialidades pidieron a Dios por cada uno de los recursos naturales, tales como agua, aire y bosques que cada día son depredados por el hombre en su afán de lucro y en detrimento de la vida.

Monseñor Lucio Alfert se refirió, como ya es costumbre, al atropello que siguen recibiendo los pueblos originarios que sobreviven en tierras cada vez más devastadas y explotadas inescrupulosamente.

En conferencia de prensa, el obispo sostuvo que a los pueblos indígenas se les han hecho muchas promesas a lo largo de los años, sean estos en infraestructura, educación, caminos, etc., que casi nunca se cumplen. Todas las idas y vueltas a los ministerios y visitas a autoridades son en vano, que no les queda otro remedio que recurrir a medidas drásticas como el cierre del puente Remanso, especificó. “Pero de otra manera, ni las autoridades ni nadie les hubiera hecho caso. Siguen reclamando y pidiendo siempre lo mismo, por la falta de respeto a las leyes vigentes”, sentenció.

Lamentó profundamente que haya indígenas imputados por invasión de tierras del Instituto Paraguayo del Indígena (INDI), tierras destinadas para ellos, pero a causa de cual son perseguidos jurídicamente.

Leyes, de adorno

Al respecto subrayó que las leyes en Paraguay, aunque muy lindas, no se cumplen, ni se aplican en todas las áreas, no solo con los pueblos originarios.

El obispo también afirmó que lo que destruye la cultura de pueblos originarios es el sistema económico de explotación, de extracción, de destrucción de todos los recursos naturales, se siguen deforestando más de mil hectáreas de bosques en forma diaria en el Chaco.

En ese contexto, sostuvo que las instituciones del estado se niegan a defender eficazmente los derechos de los indígenas o simplemente cumplir lo que establece la Constitución Nacional.

“Soñamos con una patria que viva en paz, con instituciones públicas eficaces, poderes del Estado justos, representantes del pueblo verdaderamente honorables, que defiendan la vida y toda riqueza ecológica, con coherencia de vida”, acotó.

El obispo lamentó que muchas personas se sientan superiores a otros por el simple hecho de tener poder político o tener más dinero o ser de tal o cual clan familiar. Y que desprecien a otros simplemente por tener otro color de la piel, o hablar otras lenguas o simplemente porque son diferentes.

Resaltó lengua nivaclé

Finalmente, Alfert felicitó al pueblo nivaclé que ha logrado profundizar su lengua y ahora está a punto de llegar a tener una academia de la lengua nivaclé. Es un logro importante para mantener la identidad cultural, dijo e invito a los indígenas a no achicarse, porque tienen demasiados valores que dar al país, algunos espirituales que incluso se han perdido en la sociedad.

Los pueblos indígenas son los que más sufren las burlas, insultos y chistes tontos hasta hoy en nuestra sociedad, sufren la indiferencia e incomprensión y siguen siendo despojados de sus tierras ancestrales, fueron algunas de las reflexiones del prelado.

El obispo fue consultado sobre su opinión sobre la expulsión de Paraguayo Cubas del Congreso, a lo que respondió que el pueblo perdió una voz, “aunque yo no estoy de acuerdo con algunas de sus actitudes o modos de sus reclamos, estos eran válidos”, mencionó.

Lamentó además que pese a todo, otros congresistas acusados de delincuentes continúan formando parte del Congreso paraguayo.

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