Si bien los usuarios de silla de ruedas aplaudieron esta obra, indicaron que algunas de las rampas son muy pronunciadas y que se hace imposible ascender sin ayuda. Incluso, algunas mujeres que iban de acompañante tuvieron que pedir ayuda a la Policía para empujar la silla de ruedas hacia arriba, ya que se requiere de un esfuerzo grande.
Otro aspecto recomendado es la señalización de los sitios para que puedan verse desde lejos. Por su parte, algunos se quejaron de que peregrinos y perros reposan en las rampas, lo que causa retraso a la hora de hacer uso de las mismas.