Aislados, pero con una fe más profunda

Sillas sin feligreses, pero con palmas que dejaron las familias para retirar una vez bendecidas durante la misa presidida por Mons. Juan Bautista Gavilán, en la catedral de Coronel Oviedo.
Los monjes del Monasterio San José de Santa María de Fe (Misiones) trenzan las palmas que fueron bendecidas durante la misa a puertas cerradas.
Mons. Ricardo Valenzuela, obispo de la diócesis de Caacupé, bendice las palmas colocadas sobre el pedestal de la imagen que representa la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén.
El presbítero Jorge Cuevas, de la parroquia María Auxiliadora, recorrió las calles de Concepción durante cuatro horas para la bendición de palmas.
Los integrantes de una familia de Altos (Cordillera) se arrodillan al lado del improvisado altar frente a su vivienda para acompañar el paso de la imagen que representa la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén, en Domingo de Ramos.

La cuarentena por la pandemia del coronavirus hizo que el Domingo de Ramos fuera recordado en ais- lamiento en diferentes rincones de nuestro país. Misas sin feligreses, recorridos en vehículos de la imagen de la representación de la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén, familias arrodilladas, santiguándose o en posición de oración frente a sus casas o al costado de las calles con ramos de palma en las manos, fueron las estampas del domingo de renovación este año. Un detalle: no se vio personas tomando fotografías de los actos con teléfonos celulares.

audima

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