La iglesia, desde sus orígenes

Cuenta Margarita Durán Estragó en su libro “Templos de Asunción, 1537-1870” que en las Actas del Cabildo de nuestra capital se descubre “la constante dedicación y la gran devoción que los Señores Cabildantes tenían a la titular de Asunción y a sus dos Patronos: San Blas y San Roque”.

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Afirma que “desde los albores de nuestra historia, ambos Cabildos, el Secular y el Eclesiástico, juraron a San Roque como segundo Patrono del Paraguay”.

La historiadora rescata que ya en 1722 el cura rector de la parroquia de San Blas, Juan Cabrera Ovalle, explicó que tal juramento tiene su razón en que “siempre en las pestes y epidemias que la han amenazado (a la Ciudad) sirviendo de castillo Roquero contra un Dios airado en las rogativas y novenas al que el devoto pueblo se ha consagrado”.

Dos años más tarde, siempre siguiendo lo relatado en el libro de Durán, el Cabildo de Asunción dispuso, ante una gran peste, a que se hiciera un Novenario a los tres Patronos: la titular Nuestra Señora de la Asunción, San Blas y San Roque y que se los lleve en procesión hasta la Catedral.

También refiere que hacia 1780 la ciudad padecía de “muchas enfermedades” por lo que el Cabildo hacía el mismo pedido a los patronos del Paraguay con las mismas rogativas del pueblo. Lo mismo pasó hacia 1786 con “la calamidad de la peste seca y la de langostas que destruyen y acaban los sembrados de las chacras”.

Y así fue a lo largo de la historia. El libro de Margarita Durán recoge un escrito del diario La Tribuna que en 1956 anuncia una misa y procesión en honor a San Roque, “abogado contra la peste”, para que interceda y extirpe el flagelo de la parálisis infantil de Paraguay y Argentina.

Sobre los orígenes del templo la historiadora cuenta que se confunden con la Parroquia de San Blas de la cual dependió hasta 1781 en que fue elevada a la categoría de “viceparroquia de españoles”.

La parroquia de San Blas –sigue Durán– era una de las más antiguas de Asunción y estaba destinada a los indios, esclavos, negros y pardos libres y se remonta a 1557 en el testamento de Juan de Salazar y Espinoza, el fundador de la Casa Fuerte.

Cuando Hernandarias concluyó la reconstrucción del templo de San Blas en 1606 también ordenó edificar una capilla bajo la advocación de San Roque destinada a las mujeres indígenas.

Demolida más adelante y reconstruida parcialmente en 1791 la Iglesia de San Roque dio cabida al bautismo de Carlos A. López en 1793.

En 1805 se suprime el curato de San Blas de Asunción que era de los naturales y fue cuando la parroquia de San Roque se sumó a las de Asunción y La Encarnación.

Luego de la dictadura del Dr. Francia, Don Carlos ordenó reedificar varios templos que se hallaban en ruinas y el 22 de mayo de 1853 se bendijo el nuevo templo de San Roque. Se mantuvo en pie –con algunas refacciones– durante 116 años cuando el Padre Juan Escalante decidió la demolición del histórico edificio para dar lugar al actual templo bendecido el 4 de setiembre de 1983. (Fuente: Templos de Asunción, Margarita Durán Estragó)

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