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Los murales de la Última Cena, San Roque González de Santa Cruz y la Dolorosa fueron obras originales hechas con semillas de maíz, poroto, locro, soja y girasol.
El Viernes Santo, la gente agolpada en torno a la laguna de La Barraca, bajo una pertinaz lluvia y con viento sur, pudo apreciar el arte de Koki Ruiz y de su hija Macarena.
Pese a la inclemencia, se realizó la procesión de la Dolorosa por el Yvága Rape. Los estacioneros y las peregrinas acompañaron con rezos y cánticos lastimeros.
El Jueves Santo fueron escenificados, en el teatro El Molino de San Ignacio, convertido en sala gótica, los cuadros vivientes: La Última Cena, de Leonardo Da Vinci; el Expolio de Cristo, de El Greco, y el Descendimiento de Cristo, de Rogier van der Weyden.
Se notaron varias innovaciones en Tañarandy así como en El Molino. Koki Ruiz agradeció el acompañamiento de la gente, que pese al clima presenció las obras expuestas en la Semana Santa en Tañarandy.
El acto culminó con la actuación del Coro de Niños de Luque y el coro Espíritu Santo de Ciudad del Este, ambos con música clásica.