Un jaque mate político

Tras la reunión entre Horacio Cartes y los diputados de Añetete y de Honor Colorado, surgieron muchas conjeturas y hasta pronósticos apocalípticos sobre el futuro del Gobierno de Mario Abdo Benítez. Quedan cuatro años de incertidumbre para llegar al 15 de agosto de 2023, año clave para la República del Paraguay por la renegociación del Tratado de Itaipú.

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La imagen publicada en la tapa de los diarios de la edición de ayer es una demostración de poder. Parece la portada de un film dramático. Pero tristemente es una realidad y no una ficción. Cartes rodeado de su “tropa” política y de “soldados enemigos” proyecta una imagen al interior del país pero más que nada al exterior. De paso debilita la figura de Marito. Y para no quedar tan golpeado, Abdo se reúne también mañana con el mismo grupo de diputados en Mburuvicha Róga, desde donde intentará convencer a la ciudadanía que sigue teniendo el poder absoluto.

Pero volviendo a la famosa foto grupal, Horacio le lanzó el mensaje a Jair Bolsonaro y a quienes le cuestionan desde el exterior que tiene un fuerte respaldo político en el país en caso de que “su hermano del alma” Darío Messer le involucre en algo. Cartes no es un exvicepresidente que se resignó a refugiarse a sus “cuarteles de invierno” como otros jefes de Estado. Va por más. Además, Marito está obligado a defenderle al exjefe de Estado porque le debe su sillón presidencial y la continuidad de su gobierno “de la gente”.

Internamente, la imagen deja al mandatario como un derrotado. No solo fue salvado por el sector que menos esperaba: sus “enemigos” políticos de Honor Colorado sino también vivirá como prisionero los próximos cuatro años. Aquí cabe la siguiente pregunta: ¿Es posible gobernar un país de esta manera? Obviamente la respuesta es no. En consecuencia, surge otra consulta: ¿Hasta cuándo aguantará el jefe de Estado este condicionamiento? No lo sabemos.

La consecuencia inmediata de esta unidad “granítica” colorada se traducirá en nombramientos para las instituciones públicas. Típico es este caso. Para muchos el poder se agota en nombramientos de funcionarios como “premio” a sus horas dedicadas a los mitines y las hurras. Repartiendo “zoquetes” la tropa queda tranquila y la ciudadanía seguirá sufriendo porque debe trabajar más o privarse de ciertos privilegios para pagar los sueldos y groseros beneficios. Historia repetida.

Desconocemos si Marito tiene a partir de ahora maniobrabilidad para designar cargos de importancia en su gabinete o estará condicionado por una “sugerencia” de Honor Colorado tanto de nombramiento como de destituciones. Suponemos que Carlos Arregui de Seprelad tiene los días contados y al senador Rodolfo Friedmann (ANR, Añetete) le sugerirán que renuncie. Tampoco sabemos si Marito posee manos libres para presentar proyectos de ley de carácter económico, puntualmente, porque podría afectar de ahora en más a sus “nuevos” aliados de la ANR.

Lo peor del caso es que no hay un panorama claro sobre el futuro del país. Nadie cree que la unidad colorada será para mejorar la economía y el bienestar de todos los paraguayos. Es simplemente un slogan. Ante este panorama, la oposición política no tiene otra opción que unirse como en la época de la dictadura para intentar enfrentar a los colorados unidos. Una simple grieta le dejará de nuevo sin chances electorales. En el Congreso ganan en número los colorados: en Diputados 42 vs. 37 y en Senado la oposición suma 28 contra 17 de la ANR pero no llegan a los 30 votos necesarios para aprobar un juicio político. Encima un cartista debe asumir el 1 de julio de 2020 como presidente del Congreso y se ubica en la línea de sucesión. En conclusión, jaque mate.

pguerrero@abc.com.py

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