Por primera vez el dinero no puede comprarlo todo, no importa cuán poderosos seamos.
En Paraguay ni tenemos dinero suficiente y mucho menos nos hemos preparado en el último siglo para enfrentar problemas de salud pública. LA CORRUPCIÓN NO HA DEJADO ESPACIO para invertir en lo que necesitábamos.
Hemos alimentado la voracidad insaciable de políticos, de algunos funcionarios públicos, sus claques, clanes familiares y autoridades de turno regionales y nacionales sin pausa. No hemos tenido ni el coraje ni la determinación para frenarlos, castigándolos en elecciones o con la cárcel.
Y de repente el covid-19 se nos estrelló en la cara y nos damos cuenta de que todos los que pueden curarnos ganan poco, trabajan mucho y no están ni siquiera protegidos. Que no hay suficientes hospitales porque derramamos dinero en privilegios para unos pocos; que no tenemos suficientes camas de terapia intensiva donde acostar a nuestras familias, amigos, a los que vayan cayendo. Que no hay respiradores suficientes, y al principio ni siquiera habían tests suficientes para detectar el virus.
Pero he aquí que hay algo que nuestro pequeño país ha logrado comprar y que necesita comprar un poco más: TIEMPO, un paréntesis que vale oro. Cuando nos piden que nos quedemos, que no salgamos a exponernos y exponer, en realidad nos están rogando que les demos TIEMPO.
Necesitamos desesperadamente TIEMPO para que cuando nos aterrice el impacto ese TIEMPO nos haya permitido terminar dos hospitales más, poner más camas en espacios que se están previendo, proteger más al personal de primera línea, tener más insumos, capacitar más a la gente que atenderá a la gente.
Nuestro país no tiene los trillones de dólares de otras sociedades; no tenemos buques hospitales con mil camas ni la posibilidad de redireccionar insumos que no existen.
Así que esto es lo que tenemos y podemos: LA POSIBILIDAD DE COMPRAR TIEMPO. Y no podremos comprar tiempo si antes del tiempo, ya nos empezamos a hacer los locos. Ese toco de tiempo que hemos ganado desde el 10 de marzo solo funcionará si logramos transitar este último período cumpliendo a rajatabla lo que nos piden: DARLES TIEMPO antes que se desate el virus con toda la furia. Ese tiempo donde podamos prepararnos mejor o, en el más optimista de los casos, aparezca alguna medicina que funcione con relativo éxito.
Mientras tanto, que nadie se enoje porque se compran bolsas funerarias y se examinan crematorios. Si no compramos el TIEMPO que es lo único que podemos comprar usando el ¡QUEDÉMONOS EN CASA!, todo preparativo mortuorio puede quedarnos chico. ¡ARRIBA PARAGUAY! ¡SE PUEDE!