El sueño paraguayo

Se conoce como “el sueño americano” el triunfo económico de las personas que llegan a millonarias luego de muchos esfuerzos y perseverancia. Son las que aprovechan las oportunidades a favor de su objetivo: salir de la pobreza. Generalmente son muchos años de sacrificios invertidos en realizar la ilusión de una vida placentera. Nosotros somos más prácticos que los americanos. No andamos con vueltas para volvernos millonarios o multimillonarios. Mucha astucia, ningún escrúpulo y ser políticos bastan para alcanzar el “sueño paraguayo” de vivir como príncipes. De los muchos posibles, valgan estos dos ejemplos: Miguel Cuevas, presidente de Diputados, de zapatero remendón hoy no sabe cuánto dinero tiene; y el exsenador Dionisio Amarilla, de modesto repartidor de leche, llegó a la cima de la riqueza.

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Sobre Miguel Cuevas cada día aparece alguna novedad que lo retrata de cuerpo entero. En la edición del martes, la corresponsal de ABC Color, Emilce Ramírez, nos hace llegar desde Escobar, Paraguarí, la entrega a los productores de implementos agrícolas por valor de 700 millones guaraníes. Fueron adquiridos por el ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG), como parte del Proyecto de Desarrollo Rural Sostenible. La entrega estuvo encabezada por Miguel Cuevas, a quien le acompañó el intendente local. Ambos del movimiento oficialista “añetete”.

Normalmente estos actos los preside el ministro de Agricultura o el titular del Ejecutivo. Pero ninguno de los dos estuvo presente en Escobar, lo que hace sospechar la intención de regalarle a Cuevas el protagonismo. De ser así y posiblemente lo sea, se recurre a la vieja práctica de convertir una cuestión nacional en hecho partidario. Esta vez con el agravante de las acusaciones de corrupción que pesa sobre Miguel Cuevas. El estrellato que se le ha dado se trata, a todas luces, de un apoyo del gobierno al titular de Diputados en momentos en que arrecian las voces críticas contra él. ¿Qué exactamente se pretende? ¿Acallar las protestas? ¿Hacer de los agricultores defensores de la corrupción? ¿Degradarlos a tal punto especulando con sus necesidades? ¿A quién le agradecen los productores que reciben los implementos agrícolas? Naturalmente, a quien los entrega. ¿Y quién lo hace? Miguel Cuevas. ¿Y quién le dio el espacio? El presidente de la República, Mario Abdo Benítez. Se me ocurre pensar que el ministro de Agricultura, Denis Lichi, habría recibido órdenes del Ejecutivo para que no estuviera en el acto y dejar a Cuevas toda la pista para que bailara solo y recibiera los aplausos de la animada concurrencia.

Pero la estrategia no salió del todo bien. En rigor, salió mal.

Dirigentes de la Coordinadora Nacional Intersectorial (CNI) denunciaron que se trata de un caso muy grave “la partidización de los recursos del Estado”. Cansados de ser utilizados por los caudillos, el próximo 28 vendrán a Asunción “para expresar su repudio y exigir el fin de estos actos proselitistas”. El dirigente campesino Jorge Galeano dijo que “la CNI repudia este estilo de asistencia. Los políticos se quieren congraciar con proyectos que son del MAG y que deben llegar a los productores sin necesidad de que intermedie ningún político, menos alguien que está cuestionado e investigado por la fiscalía”.

Los miembros del CNI vieron lo evidente: que Cuevas, denunciado por lesión de confianza y enriquecimiento ilícito, y que procura “levantar su alicaída figura política”, se presentó en la entrega de los implementos agrícolas “para congraciarse con la gente” porque “perdió mucha popularidad en su departamento”.

¿Por qué el Estado tiene que cargar con estos gastos? ¿Qué encuentra el gobierno de Mario Abdo en Miguel Cuevas? ¿Para qué le sirven él y otros personajes de su misma índole? ¿No teme el Presidente que su reiterado “caiga quien caiga” se le caiga encima?

alcibiades@abc.com.py

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