Todo iba bien hasta que el presidente Joe Biden anunció que se retiraba de la carrera por la reelección. Al parecer, así lo percibía el ex presidente Donald Trump, quien, en su discurso de clausura en la convención republicana, no dudó en descalificarlo. Aclamado por los presentes como una suerte de mesías y recién “coronado” para intentar ocupar nuevamente la Casa Blanca, dijo de Biden que era “el peor presidente de la historia de Estados Unidos”.
Ha tomado público conocimiento la semana anterior, el comportamiento violento, vergonzoso y repudiable del senador Javier Vera, alias “Chaqueñito”, quien de modo grotesco y vil insultó, ninguneó y amenazó a una humilde ciudadana de pueblos originarios que además es funcionaria del Parlamento Nacional, diciéndole que es una porquería, una basura, que no es “nadie” ante él y que la haría despedir de su trabajo por meterse con él.
El racismo, dice la RAE, es la exacerbación del sentido racial de un grupo étnico que suele motivar la discriminación o persecución de otro u otros con los que convive. En Paraguay ya estamos acostumbrados a los exabruptos de las autoridades con dichos que se han incorporado al “léxico” colectivo para referirse a situaciones irónicas o momentos agridulces de la vida. Pero los “supuestos posteos” de una nueva ministra, han desbloqueado un nivel que raya el racismo y el discurso de odio.
No es nueva la estrategia de recurrir a la militarización de una zona específica del país con el objetivo de restablecer el orden interno. Es si, una medida extrema que de buenas a primeras puede leerse como positiva. Sin embargo, si tenemos en cuenta las cicatrices de las épocas dictatoriales en el Paraguay, militarizar implica un riesgo para la democracia.
Me llamaron la atención las declaraciones al diario español El Mundo de Olga Kifyak, primera bailarina del Ballet de Kiev: “Nunca perdonaré a los rusos. Es un pueblo sin alma”.
Estos días de frío inusual trajeron a mi memoria intensos y gélidos inviernos de la infancia. Nuestras casas no estaban preparadas para soportar las bajas temperaturas. No había calefacción ni chimenea a leña ni frazada de lana polar.