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Manifestó que dicha situación está arraigada en todos los estamentos y que se arrastra desde hace años, solo que ahora son descubiertos gracias a algunas leyes de transparencia. “Planilleros, corrupción y robos de todo tipo, además de asaltos millonarios de película, son la constante en nuestro país”, se quejó el prelado.
En referencia al violento asalto y robo de caudales ocurrido el martes último en Cordillera, el obispo dijo que la corrupción se practica desde la infancia al copiar en los exámenes, al robar notas o comprar títulos.
Mons. Giménez además se refirió a los problemas que afectan a la Iglesia actualmente, como los casos de abusos por parte de sacerdotes que se dieron a conocer recientemente, diciendo que hay muchas manchas dentro de la propia Iglesia que se han venido cometiendo desde hace decenios y graves hechos que se han estado ventilando desde hace unos días.
En ese sentido, el prelado manifestó ante los feligreses: “Reconocemos nuestra situación de barro que se quiebra, no estamos hechos de acero o diamantes, por lo que muchas veces les fallamos a nuestros hermanos y pedimos perdón por ello”.