Este martes, el Ejecutivo promulgó la Ley “que establece el régimen nacional de integridad, transparencia y prevención de la corrupción”, que busca una supuesta política nacional para el “combate a la corrupción”. El contralor general de la República, Camilo Benítez, sienta postura al respecto y explica los puntos principales.
El presidente de la República, Santiago Peña, realizó hoy un acto para la promulgación de la Ley de Integridad, Transparencia y Prevención de la Corrupción. Con un discurso muy “poético”, aseguró que su gobierno sigue “el camino menos concurrido” para esta lucha, aunque la realidad nuevamente es muy alejada de sus palabras.
JERUSALÉN. El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, prestará declaración ante un tribunal desde un búnker, según la recomendación de la administración de Tribunales israelí, en un caso en el que está acusado por corrupción.
El presidente Santiago Peña afirmó que su compromiso personal es fomentar la transparencia y el acceso a la información pública para consolidar la democracia, en el marco de un foro internacional. También comentó que están trabajando en la elaboración de un proyecto de ley para resguardo de datos personales.
Un tribunal de la ciudad china de Jinan, en la provincia de Shandong (este), condenó este martes a pena de muerte conmutada por cadena perpetua al expresidente del Banco de China Liu Liange por aceptar sobornos.
El cartismo imperante en el Congreso da un tratamiento selectivo a los pedidos judiciales de desafuero que afectan a sus compañeros de ideales, por así llamarlos. Por ejemplo, mientras que el relativo a la causa abierta al senador Rafael Filizzola (PDP) por lesión de confianza, que tuvo entrada el 11 de noviembre, fue aprobado por unanimidad el día 20, mediante un trámite abreviado sugerido por el propio legislador, las muy anteriores solicitudes con respecto al diputado Esteban Samaniego (ANR, cartista) y a sus colegas liberales cartistas Roya Torres y Cleto Giménez, guardan polvo en alguna gaveta, pese a contar con dictámenes favorables de la Comisión de Asuntos Constitucionales. A estas alturas no cabe duda de que la Cámara presidida por Raúl Latorre no tiene el menor deseo de limpiar sus filas, como si fuera normal que sus bancas estén enlodadas por la corrupción, el derroche y la ignorancia.