Cuidar y mimar la piel en verano

Las recomendaciones para proteger la piel en verano son fundamentales para evitar su rápido deterioro. Sol y calor ofrecen problemas específicos, con atenciones especiales por dentro y por fuera.

Sol de verano
Sol de veranoJuan Augusto Roa

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Durante el verano, generalmente permanecemos más tiempo al aire libre, con un clima caluroso y húmedo, con riesgo de picaduras de insectos o quemaduras solares, además de la exposición a enfermedades transmitidas en piscinas –como hongos o moluscos contagiosos–, enfermedades inflamatorias –como la dermatitis atópica, rosácea, acné–, etcétera, explica la dermatóloga Romy Giardina.

En lo que se refiere a la estética, aparecen o empeoran las manchas, sobre todo a nivel del rostro, y tampoco se debe olvidar que la exposición no controlada a los rayos ultravioletas son la causa más importante de cáncer de piel, enfatiza la doctora. “El sudor irrita y provoca mayor picazón en las pieles más secas, mientras el calor promueve la mayor estimulación de las glándulas sebáceas, empeorando el acné, los cuadros de eccemas y la seborrea en el cuero cabelludo de las personas con piel grasa”.

Consejos para proteger la piel

Todas estas patologías se pueden prevenir de distintas maneras, una de ellas es respetar las horas del día en que los rayos ultravioletas llegan más directamente –entre las 10:00 y las 16:00–. Para ello es importante utilizar protectores solares, repelentes contra insectos en caso de salidas al aire libre y cuidar la limpieza y mantenimiento de las piscinas a las que uno tiene acceso. Sobre todo en personas alérgicas o atópicas es fundamental darse una ducha después de los baños en piletas, para retirar el cloro.

Otros tips incluyen mantener la casa fresca y aireada, pero al mismo tiempo evitar la entrada de insectos –mediante telas metálicas contra mosquitos, mosquiteros, etc.–; vestir ropa ligera, pero que al mismo tiempo proteja del sol, así como también usar sombreros y lentes de sol; mantener la piel hidratada mediante lociones o emulsiones hidratantes, sobre todo después del baño en piscinas con cloro o agua de mar; y controlar las horas de sueño.

A las personas que hacen actividades físicas con sudoración importante se les recomienda no permanecer con las remeras húmedas, y sí utilizar prendas de algodón que absorban el sudor. La especialista también sugiere acudir al dermatólogo para un control anual de manchas y lunares, sobre todo aquellas personas de piel muy blanca, y quienes cuenten con antecedentes personales o familiares de cáncer de piel.

Barrera al sol

Usar protector solar es primordial. El bloqueador y el protector solar no son exactamente lo mismo. “El protector solar contiene protección química y reduce la cantidad de rayos que penetran en la piel; es decir, absorbe la radiación ultravioleta. Sin embargo, el bloqueador solar, un producto físico, impide por completo que la radiación alcance la piel, ya que refleja completamente los rayos, tanto UVA como UVB. Hoy en día existen protectores solares de amplio espectro, que combinan elementos de los fotoprotectores físicos y químicos”.

La doctora Giardina comenta que, cualquiera sea el fotoprotector elegido, se debe aplicar en la piel 30 minutos antes de la exposición solar y reaplicar cada 2 a 3 horas o bien al salir del agua en caso de baños en piscinas o playas. Al elegir un protector solar, se debe tener en cuenta el tipo de piel (seca, grasa o mixta). Las personas de pieles con tendencia a la grasitud deben optar por un protector solar en gel, de textura ligera –actualmente muchos de ellos tienen la especificación de “toque seco”–, en cambio, para las personas de piel más bien seca se recomiendan aquellos en emulsión o en crema. Además, también la tez de la piel es importante; en personas de tez muy clara es recomendable un factor de protección solar más elevado (50 o más).

Otro punto a tener en cuenta es fijarse si protege tanto contra los rayos ultravioletas A (asociados al daño de la piel a largo plazo) y UVB (los que producen quemaduras). “La edad también es importante, ya que están los protectores solares específicos para niños y bebés, que deben ser hipoalergénicos y resistentes al agua”, recomienda.

La resolana (sombra en un lugar abierto) también es peligrosa, y no se debe permanecer en ella sin protector solar, al igual que en los días nublados.

Desde la alimentación

Mantener la piel saludable desde el interior, sin dudas, tiene que ver con la hidratación, comenta la doctora María Teresa Brítez, especialista en nutrición clínica. Explica que tomar mucha agua elimina toxinas y hace que la piel luzca más brillante y más tersa.

Es importante la selección correcta de alimentos que con sus aportes en vitaminas y minerales mejoran la textura de la piel y hasta tienen efecto anti-age. La profesional señala la importancia de incluir cítricos en la dieta, ya que, al ser ricos en vitamina C son potentes antioxidantes que intervienen en la formación de colágeno. También recomienda consumir zanahorias que, por ser fuente de Beta-caroteno, precursor de la vitamina A, reducen la flacidez y las arrugas. Otro alimento ideal es el tomate, ya que el licopeno que posee protege a las células frente a los daños producidos por los radicales libres responsables del envejecimiento.

También sugiere incorporar frutos rojos al plan alimentario, pues estos aportan vitamina C y flavonoides, que con sus propiedades antioxidantes evitan la destrucción celular y también proporcionan el tan ansiado efecto anti-age. El aceite de oliva y las verduras de hojas verdes, gracias a su contenido de vitamina E, protegen a las células del estrés oxidativo; y la carne y huevos son proteínas que aportan vitamina B6 y selenio, excelentes para frenar la pérdida de tono muscular y la falta de elasticidad y, además, ayudan a prevenir la aparición de manchas.

Asimismo, recomienda la ingesta de frutos secos, ya que mediante su contenido en vitamina E, reducen la oxidación celular y, además, por ser ricos en cobre tienen un excelente efecto antiinflamatorio.

Lo ideal es consumir alimentos frescos. Propone realizar varias comidas en el día, para evitar sobrecargar el trabajo digestivo; incluir yogures frescos evitando romper la cadena de frío; consumir al menos tres porciones de verduras y cuatro unidades de fruta por día –preferentemente las de estación porque poseen importante cantidad de agua–; evitar las comidas muy calientes y las que tienen alto contenido en grasa y sodio; incluir fibra, grasas omega 3, pollo, pavo, pescado, melón, sandía y recurrir al nutricionista para que este elabore un plan personalizado para usted.

En caso de insolación

Es fundamental saber cuáles son los síntomas de un golpe de calor para reaccionar a tiempo y de forma adecuada. La dermatóloga explica que en la fase inicial los síntomas más frecuentes son el dolor de cabeza, mareos, náuseas e, incluso, vómitos; luego pueden aparecer calambres, elevación de la temperatura corporal (en 10 a 15 minutos puede subir hasta los 40 °C), convulsiones, alteración de la conciencia o desorientación. En este punto ya se está ante una situación de gravedad que exige una reacción inmediata, ya que de lo contrario puede llegar a producirse un colapso. Lo más conveniente es acudir a un sanatorio, puesto o centro de salud. Mientras, la experta recomienda:

- Llevar a la persona afectada a un lugar con sombra y lo más fresco posible.

- Colocarla en posición semisentada, con la cabeza levantada para favorecer la respiración y que pueda entrar aire.

- Para reducir la temperatura corporal es necesario quitarle algo de ropa, darle aire (abanico o ventilador) y utilizar compresas de agua fría en la frente, la nuca, el cuello y otras partes del cuerpo.

- También debe darse de beber agua fresca al paciente (para bajar la temperatura corporal) para rehidratarse, pero debe hacerse en pequeños sorbos y no de golpe, pues esto empeoraría su estado.

- Si no se recupera, o incluso llega a perder el conocimiento, será necesario tumbarla con las piernas flexionadas y llamar inmediatamente a urgencias.

Correcta hidratación

Estos sencillos pasos ayudarán a evitar una deshidratación:

- No espere a tener sed, ya que este es un síntoma de deshidratación.

- Tome como mínimo 2 litros de agua al día. En el caso de mujeres embarazadas o en lactancia se recomiendan 3 litros de agua al día.

- Tome agua antes, durante y después de realizar actividad física.

- Lleve siempre una botella o termito con agua a todas partes.

- Ofrezca a menudo agua a niños y adultos mayores ya que, además de ser proclives a la deshidratación, muchas veces no saben expresar sus momentos de sed, o lo olvidan.

alba.acosta@abc.com.py

Portada: Foto de Juan Augusto Roa

Modelo: Dea Dalila Petta Cáceres, Miss Primavera 2020 y representante del turismo encarnaceno.

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