Los latidos de la música

Diego Riveros (41) y Gonzalo Resquín (35) son dos paraguayos que estudiaron música en el extranjero y regresaron a su país decididos a transmitir lo que aprendieron. Desde hace ocho años dirigen una academia de batería y percusión. La pandemia los afectó, pero el ritmo jamás se perdió.

Los latidos de la música
Los latidos de la músicaGustavo Machado

Cargando...

El amor a la música ha sido siempre muy admirado, pero, a la vez, como sustento, desacreditado. “No vas a vivir de la música”, “sé músico pero estudiá una carrera”, son algunas de las frases más comunes con las que todavía se topan muchos jóvenes. Pero el transcurrir de los años trae inexorablemente nuevas generaciones e ideas que abren caminos.

Diego Riveros y Gonzalo Resquín sí tuvieron apoyo de sus novias y familia; ellos crearon y dirigen Druma, una academia de batería y percusión en Asunción, que cumple ocho años. Sumándose a las escuelas que ya había en Paraguay de otros instrumentos más divulgados como guitarra y piano, enriquecieron “a los golpes” el ambiente musical popular paraguayo.

Diego toca con Deliverans, Aviadores del Chako, Partes Iguales e Iván Zavala, entre otros. Imparte clases desde hace más de 10 años y sesiona con varios artistas en vivo y en estudio de grabación. Por su parte, Gonzalo enseña en su academia y hace grabaciones como sesionista. Es integrante y manager de La Nuestra y La Secreta, y baterista/percusionista de Pedro Martínez Trío. Además, lleva a cabo una investigación sobre la batería en la música paraguaya. Ambos estudiaron en el extranjero. Diego cuenta: “Me formé en Paraguay en la academia de Nene Barreto –que es pionera en la enseñanza del instrumento–, y en el 2010 me fui a México a la escuela de música Fermatta. En el 2012 viajé a Londres y estudié en el London Music School, donde hice una especialización en ensamble musical y profesorado de batería. Mi formación es bastante popular, el pop, el jazz y el rock. Regresé a Paraguay en el 2013 y ahí me reencuentro con Gonza, quien también acababa de regresar de su viaje, y es cuando decidimos aunar esfuerzos y abrir la academia”.

La historia académica de Gonzalo se centra en el Conservatorio Tatuí (Brasil), “quería salir del país, siempre tuve la meta de estudiar música en Brasil. Hice el examen de ingreso, primero estudié percusión erudita, batería MPB (Música Popular Brasileña) y jazz, y después por tres años música clásica y popular.

En este conservatorio convergen diferentes culturas, yo tenía compañeros de Brasil, Perú, Colombia, Uruguay, Argentina, Paraguay y Francia. Creo que lo más importante de mis cinco años de intenso estudio es toda la riqueza que tenemos en la música latinoamericana; los brasileños transmitían su propio arte y nos incentivaban a transmitir la nuestra. Lo mejor que traje de Tatuí fue el aprender a valorar y conocer la música de raíz, para poder elevarnos a un nivel más universal o contemporáneo, y poder mezclar con otros géneros como el jazz”.

Batería y percusión, una empresa con pasión

–Abrir una escuela de batería suena original en nuestra sociedad.

Gonzalo: Al volver del extranjero, creímos que hacía falta abrir una academia exclusivamente de batería y percusión. Además, teníamos una gran necesidad de transmitir lo que aprendimos. Buscamos un lugar ideal, con buena ubicación e instalaciones, fue difícil, pero encontramos uno que no tenía buen mobiliario, pero sí potencial. Pusimos manos a la obra e hicimos muchas reformas y adaptaciones, entre ellas el tratamiento acústico de las salas de práctica y para las sesiones de grabación. Empezamos con una sola batería, la cual fue cuidadosamente acustizada y aislada sónicamente, y contábamos con dos baterías montadas en la misma sala para facilitar la enseñanza alumno-profesor. Hoy es un estudio de grabación con un patio y escenario para workshops y festivales.

–Que los vecinos se enteren de que se va a abrir una escuela de batería puede ponerlos de mal humor...

Diego: Cuando nos mudamos recién a la casa, la principal preocupación era molestar a los vecinos. Un amigo ingeniero, nos regaló unos paneles acústicos que le habían sobrado de una obra. Una vez colocados, yo mismo salí a dar una vuelta para verificar si se escuchaba mientras le pedí a Gonzalo que tocara lo más fuerte que podía. Y no se escuchaba nada. Respetamos los horarios normales de trabajo. Por suerte, hay buena onda, siempre nos sentimos muy acogidos por los vecinos, nos dicen que trajimos vida al barrio.

–Ocho años significa que acertaron el enfoque comercial-artístico en capital, ¿hay planes de expansión?

Gonzalo: Sí, nuestra filosofía es acercar las clases de música como manifestación artística más allá de Asunción. Si en la capital es un déficit, en el interior lo es aún más. La idea es llevar las clases a otras ciudades, en especial a las zonas carenciadas.

–¿Qué es lo más difícil cuando se decide emprender en Paraguay?

Diego: Emprender en Paraguay siempre es un desafío en cualquier rubro, pero más aún cuando se trata de arte, y ni qué decir en el caso de una academia exclusivamente de batería y percusión. Fuimos aprendiendo a sobrellevar las adversidades sobre la marcha, con ayuda de colegas y amigos que siempre estuvieron.

–¿Cómo se reparten el trabajo?

Diego: Ambos enseñamos y somos socios igualitarios de la academia. Nos repartimos las tareas administrativas y comerciales de manera equitativa; también manejamos nosotros mismos las redes sociales; la verdad es que nos llevamos muy bien.

–¿Qué aporta saber tocar la batería como hobby?

Diego: En primer lugar, es algo divertido que aporta coordinación, motricidad y concentración. Está recomendado para chicos y grandes con déficit de atención. Muchos vienen a tocar como terapia para liberar estrés y ansiedad.

–¿Hay chicas en el alumnado?, ¿en qué se diferencian de los varones a la hora de aprender?

Gonzalo: Tenemos muchísimas alumnas, casi el 50% son mujeres de todas las edades. No vemos grandes diferencias entre chicas y varones, la disciplina y la constancia es lo que lleva a mejorar, incluso más que el talento. El perfil del baterista ha de ser ordenado, metódico y hacer varias cosas a la vez (pero siempre hay excepciones).

–Comprarse una batería es la ilusión (o fijación) de muchos, aunque no son pocas las que, al final, acaban en un depósito, como trueque o revendidas. ¿Qué hay que saber antes de entusiasmarse con comprar una?

Gonzalo: Aconsejamos que se animen a tomar clases y practicar durante un mes por lo menos antes de comprarse el instrumento, que sabemos que es costoso y requiere un lugar especial en la casa para no molestar.

–¿Qué instrumentos son los que enseñan?

Diego: Batería y percusión. Percusión es todo lo que se golpee, como cajón peruano, bongó, también accesorios como castañuelas o pandereta, todo eso. Lo que no enseñamos son los instrumentos para percusión sinfónica (por ejemplo timbales o marimba).

–Se dice que todo el mundo puede cantar educando la voz, ¿también sucede con la percusión?

Diego: La percusión es la expresión musical más primaria, desde los meses de gestación, con los latidos del corazón, ya experimentamos el ritmo, así que por supuesto que cualquiera que lo desee puede tocar la batería, ¡es cuestión de animarse a probar!

lperalta@abc.com.py

Enlance copiado
Content ...
Cargando...Cargando ...