La fuerza de la palabra

Por Marisol Palacios mpalacios@abc.com.py Fotos: ABC Color/Fernando Romero

Cargando...

El poeta Victorio Suárez, uno de los referentes más prolíficos de la Generación del 80, ve la actualidad de la literatura paraguaya con entusiasmo. Confiesa que la literatura es el punto esencial de su existencia. Recientemente, presentó su novela El comandante y su escriba.

Victorio Suárez es escritor y por sus venas no corre sangre, sino poesía pura. Tanto es así que ya escribió su primera obra durante su estadía escolar. “Yo vivía no lejos del río”, evoca.

Ese barrio humilde llamado Varadero fue una fuente de inspiración onírica capaz de atrapar cualquier género literario. “Comencé con la poesía, mirando el río. No perdía de vista esos camalotes tupidos que viajaban sobre las aguas. Eran tramos impactantes con esa gente del lugar que también sirvió para abrir un abanico de legendarios personajes. Ellos tejieron con mucha riqueza mi visión del mundo. Son los ‘fantasmas peregrinos’ que aparecen en mis cuentos y novelas”, comenta.

Ya en los primeros años en el Colegio Nacional de la Capital, Suárez supo que su destino era expresar todo su ser a través de la escritura. “Allí formamos un equipo estupendo de lectores con el desaparecido poeta Alberto Antonio Kurth y Darío González Bécquer. Nos agradaba la poesía, la literatura en general”, recuerda. Participó de talleres con el poeta José Luis Appleyard, donde leían a los clásicos españoles, franceses, norteamericanos. “En fin, teníamos a mano una cantidad impresionante de obras literarias que a la larga forjaron nuestro conocimiento y pasión por la escritura”, agrega.

“¿Qué lugar ocupa la escritura/literatura en mi vida?”, repregunta. “Es mi vida entera; como una manera de expresión, de sacar aquello que vibra adentro y a veces nos llena de fuego y sombras. Con esto quiero decir que la literatura es el punto esencial de mi existencia”.

Sus primeras lecturas e influencias

San Juan de la Cruz, Góngora y Quevedo encabezan la lista de las primeras lecturas y autores que influyeron en su escritura. Aunque considera aún más influyente a los genios de la poesía de la Generación del 27 español. Sin desmeritar a los del 98, especialmente a Antonio Machado y su hermano Manuel. “Con la antología de la Poesía Española, publicada por Gerardo Diego, descubrí la verdadera poesía en los versos de los grandes artistas de la palabra de esa generación (la del 27) y ese gran antecesor nicaragüense: Rubén Darío. Luego vinieron otros, los de la Generación Beat, con Allen Ginsberg a la cabeza; Kerouac, Corso y otros. Tampoco olvido el gran impacto que significó Ernesto Cardenal y su magnífica antología. De igual manera venero a Borges”, revela.

La Generación del 80

“Fue la promoción que más produjo en la historia de la literatura paraguaya. Hasta hoy los muchachos (que ya pasaron los 60 años) siguen escribiendo con una dación increíble. Sin ninguna duda, fue el grupo más persistente en el tiempo. Los del 90 se evaporaron, pero dejaron algunas dignas representaciones, María Eugenia Ayala, Iván González, Fernando Pistilli, entre otros. No olvido a los que vinieron con el 2010 y una promoción interesante, por su trabajo sistemático, se formó en el Iberoamericano, lugar donde aparecieron: Genaro Riera, Gloria Marecos, Maricruz Méndez Vall y otros. Pero entre una población literaria dispersa, se puede mencionar a un gran narrador: Javier Viveros. También Marcos Ibáñez y otras figuras emergentes que hacen muy buena literatura. Cuando de menciones se trata, siempre aparecen olvidos. Perdón si algunos nombres olvidé”, reflexiona.

Publicó sus primeros poemas en 1970, cuando aún estaba en el colegio, en las páginas culturales de La Tribuna y ABC Color. En 1985 publicó Los fuegos del alba, su primer libro. “El poemario lo escribí en una prisión del stronismo. Salí después de un año y siete meses con un poemario en la cabeza. Nada escrito se podía sacar de aquella reclusión autoritaria. Entonces tuve que meter los poemas en la memoria y así, años después, ya en libertad, los pude publicar”, explica.

Suárez, uno de los principales referentes de la Generación del 80, ve la actualidad de la literatura paraguaya con entusiasmo. “Hay autores muy destacados. Se rompió el cascarón y caminamos hacia sendas de mayor lucidez en el trabajo creativo. Confieso mi fe en los escritores y poetas de este tiempo. La palabra debe seguir con mucha fuerza”, asegura.

El ACV

El poeta escribió y publicó en los dos últimos años una obra poética y otra narrativa. “A veces escribo cuento, novela, pero siempre la poesía ocupa el primer lugar”, refiere. Resalta que con sus dos últimos libros ocurrió algo extraño, escribía poesías y una novela al mismo tiempo. En ese lapso tuvo un ACV feroz. Estuvo en coma letal cuatro días y 15 días en terapia intensiva. “Felizmente sin secuelas”, destaca.

Eso lo llevó a parar casi un año y admite que le costó seguir para terminar los dos libros. Recién cuando se normalizaron las cosas pudo concluir la escritura. En 2021 lanzó “Funeral de la patria, un poemario que forma parte de la colección Académicos (Editorial Rosalba), y El Comandante y su escriba, novela de 348 páginas que fue presentada hace menos de un mes. Si bien los géneros son distintos, no es tan distinto el que escribe”, confiesa.

Funeral de la patria

Afirma que para escribir Funeral de la patria, cuyo volumen contiene más de 300 páginas, no necesitó de ninguna musa inspiradora para hacer volar su pluma poética y plasmar en el papel todo lo vivido en esos momentos oscuros de estos años. “Creo que el país hace décadas sufre de este problema funerario. Es el funeral de todos los días. Los malos manejos de la cosa pública y la falta de sinceridad son los peores ingredientes para la democracia. Una sombra muy espesa se extiende, peligrosamente, sobre todo el país, y creo que debemos hacer algo para evitar que se siga expandiendo y cause un daño irreparable”.

Y agrega que es doloroso ver niños en la calle, asesinatos incontrolables, hambre y cinismo. “Es un verdadero castigo que se debe corregir. Funeral de la patria es la voz de quienes estamos alterados por tantas desdichas e injusticias. En ese contexto humillante y de explosiones verbales, tuvimos la pandemia, algo que también ocupa al libro. No se pierden las esperanzas ni los temas de amor. Ahora concluí otra novela y estoy trabajando en un poemario. Son varios demonios o ángeles los que perviven en este universo misterioso de la poesía y la literatura en general”. Autor de varias obras, entre poesía, narrativa y ensayo, lleva más de 18 libros publicados.

–¿Está la patria definitivamente enterrada o hay alguna posibilidad de que resucite?

–Hay una respiración boca a boca en este momento. Veremos qué pasa. No quiero que muera definitivamente la patria. El entierro definitivo es horrible. Es mejor creer que de alguna u otra forma el país romperá las cadenas del atraso, la ignorancia y la brutalidad espantosa que nos agobia.

–¿Qué representa para usted la poesía? ¿Es el género más exigente de la literatura?

–En efecto, es el género más exigente. En mi experiencia, la poesía, como decía Lorca, llega por la gracia de Dios y de la técnica. La ausencia de una o de otra hace perder toda posibilidad de buen resultado. La frase: “Poesía ha Pombéro naoimeraẽivape osẽ”, es una verdad irrefutable. Aunque es muy difícil de hablar de la experiencia poética, pero creo como Antonio Machado que “La poesía es la palabra esencial en el tiempo”.

El Comandante y su escriba

Publicada hace pocas semanas, El Comandante y su escriba plasma la vida del Paraguay. Presenta la historia política del país e ilustra aspectos de la vida cotidiana de nuestro pueblo y una historia de amor fascinante. Las historias son narradas (a un escriba) por un coronel pasado a un retiro injusto por el dictador Alfredo Stroessner. Hay dibujos inspirados en personajes barriales imborrables y sitios que merecen perpetuarse en la memoria colectiva. Un enjambre de hechos ocurridos en Varadero conforman el esplendor de un libro enteramente logrado por su exposición cronológica y la calidad poética de su narración.

Bío

Nació en Asunción en 1952. Poeta, periodista, ensayista, narrador. Miembro de número de la Academia Paraguaya de la Lengua Española. Licenciado en Historia y profesor universitario. Director y fundador de la revista Arte y Cultura. Expresidente de la Sociedad de Escritores del Paraguay. Dio clases magistrales en seis universidades de Taiwán (2007). Fundador de las revistas En Plural y Humanidades (Dirección de Investigación de Filosofía UNA). Invitado cultural por el Gobierno de la República Federal de Alemania en 1996. Participante del Congreso de la ASALE, Sevilla (2019).

Enlance copiado
Content ...
Cargando...Cargando ...