Los aposentos del mariscal y Madame Lynch

El Palacio de López todavía tiene secretos que revelar a 157 años del inicio de su construcción. En cada una de las visitas siempre hay algo nuevo que apreciar. Lo último, ¿cuál era el dormitorio del mariscal y Elisa Alicia Lynch? Aunque FSL jamás vio terminada su residencia, la restauración actual ubica en el ala oeste lo que serían los aposentos del matrimonio.

La antesala de los dormitorios de Francisco Solano López y Elisa Alicia Lynch que se ubican en el ala oeste del Palacio.
La antesala de los dormitorios de Francisco Solano López y Elisa Alicia Lynch que se ubican en el ala oeste del Palacio.Heber Carballo

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Visitar el palacio por dentro siempre tiene alguna incógnita que develar. De ahí que cada vez que uno recorre sus dependencias encuentra un nuevo detalle de interés histórico o cultural. Durante las visitas guiadas Secretos del Palacio hay mucho que ver y hablar.

“Para conocer la historia de este palacio debemos remontarnos al año 1827. El nacimiento de Francisco Solano López, hijo de Carlos Antonio López y Juana Pabla Carrillo. La pareja, ante la venida de este infante, decide solicitarle a un caballero para que sea el padrino de bautismo. Un acaudalado ganadero, potentado terrateniente de nombre Lázaro Roxas Aranda, abuelastro de FSL. Este caballero, honrado con el pedido de la familia, decide hacerle un regalo especial único; dos hectáreas de su terruño, donde hoy estamos parados. Es decir, este lugar donde estamos fue el regalo de bautismo de Francisco Solano López”.

Así comienza el potente relato de bienvenida del Mayor DCEM Édgar Ramírez, director de Relaciones Públicas del Gabinete Militar de la Presidencia, desde uno de los peldaños de la gran escalinata de mármol. Por cierto, una de las pocas piezas artísticas que se mantiene intacta y que no fue saqueada por las tropas aliadas de ocupación durante la Guerra contra la Triple Alianza.

Volviendo a la historia de sus orígenes, con qué fin le regala el padrino a FSL, se pregunta el militar e inmediatamente responde: “Para que en el futuro construya su residencia particular con la mejor vista a la bahía de Asunción y la mejor vista de la ciudad. Y allí sin perder los rastros del hilo a este personaje de la historia, don Lázaro Roxas, cuando FSL tenía 16 años lastimosamente abandona la existencia terrenal. Pero antes deja plasmado un testamento en el cual lo nombra como heredero universal. Por ende, a los 16 años Francisco da un salto en la sociedad convirtiéndose en uno de los hombres más acaudalados de la República del Paraguay”.

La obra que nunca vio y los planos perdidos

El mayor Ramírez recita la historia sin dudar pidiendo hacer otro salto en el tiempo, esta vez al año 1857.

Posterior a su gira diplomática como primer embajador de la República del Paraguay por Europa, adonde fue con la misión de hacer conocer al país libre, soberano e independiente, pero sobretodo centrado en Francia, al regresar decide dar la palada inicial a su palacio con las concepciones arquitectónicas traídas de Europa. FSL era un apasionado, fanático y estudioso de las estrategias militares empleadas por Napoleón Bonaparte, añade.}

La construcción sigue hasta 1867, año en que se la considera estructuralmente terminada. Sin embargo, dos años antes con el inicio de la Guerra contra la Triple Alianza el comandante en jefe de las Fuerzas Armadas de la Nación se desplaza a Ñeembucú para comandar a las tropas paraguayas. “Y a partir de ese momento (1865) nunca abandona el teatro de operaciones hasta su final deceso en 1870, el 1 de marzo. Entonces, ¿qué deducimos con eso? Que el mariscal FSL jamás vio terminada su residencia, nunca sus ojos pudieron apreciar la belleza de su palacio terminado. Por ende, jamás lo ocupó. Y desgraciadamente los primeros ocupantes de esta residencia fueron las tropas aliadas en 1869″, sigue contando Ramírez.

Durante la ocupación –que duró siete años– desaparecieron todos los enseres, pisos, muebles, alfombras, esculturas que aguardaban la vuelta del propietario. Al igual que la ciudad y los cementerios, el palacio fue saqueado. “No sabemos cuál fue el motivo, por qué no desmontaron y se llevaron la imponente escalera de mármol, como todas las demás obras de valor que albergaba el edificio”, dice el militar mostrando su magnificencia.

También se presume que en esa época desaparecieron los planos que no se encontraron hasta la fecha. La construcción se atribuye al arquitecto inglés Alonso Taylor sobre los planos perdidos del ingeniero húngaro Francisco Wissner de Morgenstern.

El salón de los mariscales

Del hall principal la visita sigue en un salón de columnas con capiteles corintios: es el Salón de los Mariscales. Dos enormes pinturas en paredes opuestas, una de Francisco Solano López montado en su corcel pasando revista a su ejército en Curupayty, obra de Guillermo Da Re que data del 1900, y la de José Félix Estigarribia, único retrato vivo del mariscal titulado “La Última Mirada del Mariscal”, del pintor polaco Wolf Bandurek, original del 1940.

Luego de la ocupación brasileña y el abandono por diez años del palacio, el presidente Juan Gualberto González es quien decide iniciar la reconstrucción para sede del Poder Ejecutivo entre los años 1890 y 1892, en coincidencia con el cuarto centenario del Descubrimiento de América. La inestabilidad política hace que sea derrocado y lo sustituye Marcos Morínigo, también derrocado al poco tiempo. Viene el presidente General Juan B. Egusquiza que es quien lo inaugura como sede del Poder Ejecutivo, recién en 1894.

Cuando se instaló el gobierno en el edificio deja de ser Palacio de López para convertirse en Palacio de Gobierno. El despacho presidencial se instala en la planta alta en el ala este hasta 1949 cuando Felipe Molas López, por dificultades para subir escaleras decide llevarlo a la planta baja.

Cuando Egusquiza se instaló en el Palacio había consigo los cinco ministerios de entonces. Y esa centralización quizás hizo que los pilares que ahora están libres en el salón hayan quedado entre las paredes.

Con la restauración, en 2009, se rescatan las columnas retirando las paredes y la mampostería agregadas al edificio original para instalar las oficinas y se lo bautiza como “Salón de los pasos perdidos”, pero con la puesta en valor pasa a ser el “Salón de los Mariscales” como espacio de recepción y visitas.

Este rescate se logró con la anuencia de historiadores y arquitectos que debieron recurrir a documentos históricos, estampas, estampillas, fotografías, archivos para determinar cómo era la construcción a falta de planos.

Toda la estructura de madera había sido carcomida por las termitas y solamente quedaba la parte de las piedras. Los elevados pilares del hall y los salones tienen esbeltos troncos de urundey en su interior. En la escalera se ha mantenido un vestigio de este material y están expuestos algunos restos rescatados de la fachada litoral.

Cuando las tropas brasileñas ocuparon el palacio intentando agraviar aún más a los paraguayos dejaron inscripciones y grafitis que también sirvieron como elemento para determinar fechas y colores de las paredes. “Por tanto, todo fue de utilidad para rescatar el monumento: pruebas científicas e históricas, documentales, más indicios que nos llevan a deducir de que lo que estamos apreciando es el producto original, tonalidades y diseño”, insiste el interlocutor.

Lo que guarda el ala oeste

Dada la concepción del palacio, emulado de los europeos, se concluye que la distribución de los aposentos y residencia particular del mariscal y su familia estarían en el ala oeste, y la parte oficial y de recepciones en el ala este, donde de hecho está el despacho presidencial y los principales salones de actos protocolares oficiales.

Lo novedoso de la restauración y más actual está en el ala oeste con el hallazgo de lo que serían los dormitorios.

Como en esa época se acostumbraba, lo probable es que el dormitorio más grande que daba al jardín era la habitación destinada a Francisco Solano López y la contigua, un tanto más pequeña, la de Elisa Alicia Lynch. Otra posibilidad es que el matrimonio haya planeado utilizar la habitación más grande para ellos y la de menor porte para los hijos.

Las paredes están profusamente decoradas con abundante pintura de oro.

La restauración está a cargo de un equipo liderado por María Zeneida Recalde Yugoviche, jefa del departamento de Restauración de Bienes Muebles de la Secretaría Nacional de Cultura, junto con Antonia Cuevas y Carolina Garcete.

Los trabajos artísticos en el ala oeste arrancaron en marzo de 2023 y concluyeron en noviembre pasado, un tiempo récord para la magnitud del trabajo, a cargo de treinta trabajadores de la restauración.

La restauradora Cristina Cardozo estuvo a cargo de los murales con el asesoramiento continuo de las maestras en restauración, las que más saben en Paraguay, profesora Petrona Villagra y Verónica Verón Vera. Los decorados de las paredes y tonos originales estaban cubiertos de varias capas de pintura que se fueron acumulando con el tiempo.

Tras el retiro de las capas que las cubrían se notó que habían sufrido deterioros, pérdidas de diseño y color. En varios lugares casi nada quedaba y se debió recuperar en un 70% en parte siguiendo el original hallado.

El que se presume iba a ser la recámara del matrimonio tiene un decorado mucho más trabajado y con varios elementos más. El otro, un tanto más sencillo.

El espejo que esperó por la guerra

El enorme espejo que resalta en la antesala de los dormitorios fue un pedido de Madame Lynch hecho en Francia, comenta el mayor Ramírez. Fue embarcado en Europa, pero debido a la Guerra contra la Triple Alianza el barco no llegó a zarpar.

Terminada la guerra el espejo siguió embalado y guardado en los depósitos en Europa. Recién durante el gobierno del general Andrés Rodríguez, europeos contactaron con el gobierno señalando que tenían un espejo que había sido solicitado por Madame Lynch para el palacio en aquella época. Se iniciaron las gestiones y se lo recuperó.

Su presencia resalta sobre el mural rescatado en la antesala. Está hecho en madera tallada y pintada con láminas de oro. En el contorno resaltan los querubines.

Incluso varias otras embarcaciones que habían zarpado del Viejo Continente que venían con muebles y otros artículos artísticos fueron demorados y retenidos en los puertos del Río de la Plata. El gobierno argentino unos años atrás devolvió gran cantidad de los muebles de aquella época y están actualmente en el Ministerio de Defensa.

Los Secretos del Palacio

Durante todo el mes de enero se realizaron las visitas guiadas los Secretos del Palacio que en cada fecha atrajeron a gran cantidad de personas.

Actualmente, la Presidencia de la República, la Secretaría Nacional de Turismo, la Secretaría Nacional de Cultura y la Municipalidad de Asunción están analizando la posibilidad de reprisarlo una vez al mes hasta fin de año, adelanta Alberto Vera, jefe de productos turísticos y guía de la dirección de Cultura y Turismo de ASU.

Más info: www.cultura.gov.py

pgomez@abc.com.py

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