Comprenderse para educar

La escritora argentina e investigadora de la conducta humana Laura Gutman vendrá al país para dictar una charla durante la primera Expo Universo Bebé. El evento será el 12 y 13 de setiembre, de 9:30 a 21:00, en el Centro de Convenciones Mariscal López, con entrada gratuita.

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Para comprender mejor el contexto en el que hoy se produce la educación familiar, es necesario reflexionar sobre el tipo de familia en la que crecen los niños y jóvenes. También hay que fijar la mirada en la evolución histórica que la familia está sufriendo como institución en su intento de adaptarse a las nuevas exigencias y presiones de la sociedad.

Para la sicoterapeuta argentina Lara Gutman, el único inconveniente en este proceso son los estragos de nuestras infancias, por lo tanto, el verdadero problema es la incapacidad que tenemos hoy los adultos para estar disponibles y satisfacer las necesidades de los niños. “Estamos todos muy distanciados de la realidad interna de los niños pequeños, porque estamos alejados de nuestras propias experiencias infantiles”, afirma.

Para pensar en una sociedad ideal, primero tendremos que ver cómo nos convertimos en personas íntegras y honestas. Revisar qué nos pasó; luego, observar qué hemos hecho con eso que nos pasó y, por último, mirar con ojos bien abiertos qué seguimos haciendo hoy.

-Entonces, antes de querer cambiar al niño, tendrían que cambiar los adultos.

-Antes de pretender cambiar, tendríamos que comprendernos.

-Comprendernos sería la mejor arma a la hora de educar.

-Creo que lo mejor son las indagaciones personales honestas. Conocernos a fondo y comprender la totalidad de nuestra realidad afectiva, para luego —con mayor conciencia— poder comprender al niño real con sus necesidades y pedidos específicos.

-¿Trabajar es realmente un impedimento para educar y dedicarles tiempo a los hijos?

-El trabajo puede ser un refugio, especialmente para las madres. Es más fácil trabajar que responder emocionalmente a las necesidades de los niños pequeños. Pero no me interesa juzgar. Lo que podemos hacer es comprender la totalidad de la biografía humana de un individuo hasta encontrar la lógica de sus dificultades y apoyarlo en beneficio de los niños.

-Cambian los tiempos. ¿Se malcría más ahora?

-No. Es igual antes y ahora. Los niños no hemos sido ni somos hoy suficientemente acompañados. Vivimos nuestras infancias en situaciones de gran soledad y distancia afectiva.

-¿Cómo crear un vínculo seguro con los hijos?

-Amándolos, respondiendo a sus pedidos, estando milimétricamente atentos a sus necesidades, fusionando emocionalmente con ellos.

-Hay esperanza de erradicar la violencia.

-Pienso que, para erradicar la violencia, primero tendremos que reconocer los estragos de la violencia del desamparo durante la niñez. Un niño relativamente abandonado o no amado, no comprendido ni abrazado será luego un individuo reactivo. La violencia que generamos los adultos empezó, invisiblemente, en la insatisfacción de nuestras necesidades básicas cuando fuimos niños.

-La escuela, ¿de qué manera puede contribuir?

-Creo que se pretende de la escuela mucho más que lo que puede ofrecer. La escuela de hoy fue pensada para el siglo XIX. Pienso que, así como funciona, no les sirve a los niños. Solo nos sirve a los padres que tenemos que dejar a los niños en alguna parte para ir a trabajar. Me parece que la escuela no es el lugar en el que un niño se desarrolla interiormente. Eso sucede —o no— en casa. La integridad futura de un niño depende de la intimidad emocional que haya desplegado con su propia madre.

-Mucha gente se pregunta qué es lo que hace que muchos niños de hoy en día tengan un comportamiento censurable en la adolescencia.

-Pasa que opinamos mirando por el agujero de una cerradura, en lugar de mirar los panoramas completos de los niños. Estos nacen perfectos, saludables, capaces de amar y necesitados de cuidados. Antes de juzgar qué es lo que hace un adolescente, deberíamos averiguar si cuando fue niño, hace poco tiempo, recibió el nivel de amparo, cuidados, dedicación, comprensión y ternura que hubiera necesitado. Si la respuesta es no, apenas tenga algo más de fortaleza física y un poquito de autonomía va a estallar, enojarse, rebelarse o alcoholizarse. Lo que sea para mitigar el dolor.

-¿Educar un hijo prepotente es asegurarle un futuro exitoso? En esta sociedad que muchos llaman la selva, ¿los hijos con principios sólidos, correctos, respetuosos tienen cabida?

-Por supuesto. Lo esencial es tener un hijo conectado consigo mismo. Un individuo conectado con su propio ser tiene el tesoro más importante para el resto de su vida.

-¿Los niños que tienen miedo al castigo mienten más?

-Me parece que, en lugar de hablar del miedo, observemos que si los adultos todavía somos capaces de castigar a un niño, es porque hemos atravesado una infancia atroz. Eso es lo que tenemos que mirar: la infancia horrible que hemos padecido. Luego, la costumbre espantosa de los adultos de creer que tenemos permiso para castigar a alguien más débil.

-¿Cuál es la ventaja de educar siendo madre soltera?

-Depende. Hay madres solteras que reciben apoyo y contención por parte de sus familias, pero otras viven situaciones de mucho desamparo. Desde el punto de vista del niño, todo lo que necesita es una madre cariñosa y disponible. Desde el punto de vista de la madre, todo lo que necesita es apoyo y compañía de otros adultos.

ndure@abc.com.py

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