Mejor prevenir

Empieza el otoño, y ya un poco antes, en marzo, con el inicio de clases y cambio de clima, también las alergias, las gripes y los problemas respiratorios. Esta situación se repite anualmente, por lo cual hay que empezar las campañas de vacunación contra la influenza.

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La Dra. Patricia Cervantes Powel, pediatra mexicana y experta a cargo en la región para la influenza, vino a nuestro país para participar de una jornada de investigación denominada Simposio Actualización en Vacunas 2019, en la cual se presentaron las novedades en indicaciones sobre la vacuna contra la influenza y actualizaciones en el calendario de inmunizaciones. El encuentro fue organizado por la Sociedad Paraguaya de Pediatría.

Al respecto, la Dra. Cervantes comentó que se está empezando esta campaña justo a tiempo, al inicio del periodo invernal, ya que, como se sabe, en esta época se incrementa la circulación del virus de influenza y es cuando se producen más casos. “Entonces queremos aprovechar ahora que apenas empieza a circular el virus, para crear conciencia de lo que es la influenza, hablar de ella y conocer las mejores maneras de prevenirla, evitarla y, también, sus complicaciones”, explica.

Durante la temporada invernal, la influenza presenta su pico. Se trata de un virus respiratorio. Actualmente, hay cuatro cepas circulando, que pueden afectar al ser humano y causarle enfermedades. “No es un resfriado común. Eso es muy importante que sepamos. Puede causar enfermedades graves, hospitalizaciones, e, incluso, la muerte. Entonces la idea es que tomemos conciencia”, enfatiza.

Cada año, la Organización Mundial de la Salud hace dos recomendaciones: una, para el hemisferio norte y otra, para el sur. Hay ocasiones en que los virus se parecen y otras, que son diferentes. Según la experta, por ejemplo, circulará el mismo virus H1N1, que afectó en el hemisferio norte, para esta temporada en el hemisferio sur, pero va a cambiar el virus H3N2, que circula en el hemisferio norte. “Va a ser diferente al que vamos a usar ahora en el sur. Y eso porque los virus tienen diferente forma de circular. A veces coinciden, otras no. En este caso, tenemos dos H3N2 diferentes y también algunos cambios”, indica.

El mito más grande sobre la vacuna de la influenza es el temor de que uno se enferme luego de la aplicación. Pero esto a causa de la vacuna. Las que se usan contienen virus inactivos. Es decir, se mata el virus. Una vez hecho esto, se lo fracciona y solo se toman algunas partículas del virus, las proteínas de la superficie. Estas, una vez que entran al organismo, hacen que las células tengan memoria y respondan contra ellas y formen los anticuerpos que nos protegen. Como el virus está inactivo, no puede entrar en la célula y duplicarse.

Resalta que el primer mito que debemos desechar es que al ponernos la vacuna, nos enfermamos. Biológicamente, no es posible. “El tema es que el virus de influenza actúa muy rápido, generalmente, entre las 24 y 48 h de haber estado en contacto con él. “Por eso, aunque estés vacunado, es muy fácil que adquieras el virus en cualquier lado y te puede dar la influenza. A la vacuna le lleva al menos 15 días empezar a hacer anticuerpos. Si te enfermas, es porque ya estabas incubando el virus y la vacuna aún no pudo hacer su trabajo”, detalla.

Como el virus está inactivo, lo que sí puede dar es reacciones de tipo local, como dolores en el lugar aplicado, inflamación, incluso, algo conocido como “influenza like”, como cansancio o dolores musculares, pero nunca se desarrollan síntomas respiratorios: tos, mucosidad, etc., y duran unas 48 h. “Este es uno de los mitos que más debemos combatir”, expresa.

La influenza dura alrededor de una semana con síntomas respiratorios, como tos, mucosidad, fiebres elevadas y un malestar general importante. Empieza un periodo de convalecencia que dura unas dos semanas. “No es un resfriado común; trae más complicaciones”, enfatiza.

Existe otro mito sobre las vacunas, desde hace mucho tiempo, incluso hasta hoy. Mucha gente piensa que todas las vacunas se relacionan con el autismo. “Se pensaba que tenía algún conservador metálico, como el tiomersal. Están libres de ellos hace mucho tiempo. Hoy, luego de muchos estudios, está demostrado que las vacunas no producen autismo”, asegura.

El porcentaje de eficacia de la vacuna contra la influenza varía año a año. Depende de varios factores que posibilitan que las vacunas funcionen muy bien: primero, que los virus sean similares a los que están en circulación; segundo, es más eficaz en la gente joven que en la adulta, y la tercera es si se aplicó correctamente y a tiempo la vacuna. Así, por ejemplo, de cada 10 niños que se vacunen, siete no padecerán influenza, pero los tres niños que se vacunaron es muy poco probable que sean hospitalizados o mueran.

Si observamos las estadísticas de cada año de muerte por influenza, vemos que más del 98 % no estaban vacunados. Por eso es importante la inmunización, la probabilidad de muerte se reduce muchísimo, pero su eficacia es de un 70 % para prevenir la enfermedad. A finales de abril y mayo, el virus circula con mayor fuerza. “La mejor época para vacunarse es cuando las vacunas estén disponibles, porque cada año es un reto hacer vacunas contra la influenza”, aconseja.

Según la experta, cada año la recomendación cambia. Entonces, hay que esperar que la OMS diga cuál será la recomendación; luego que lleguen los virus para cultivar y generar la vacuna. Normalmente, en el Paraguay se debería vacunar a finales de abril y mayo. Pero lo más importante es recordar que el periodo de circulación del virus puede durar hasta cuatro meses. Por ello, hay que tratar de vacunarse lo más temprano posible, porque cuanto más tarde, hay más posibilidades de enfermarse, aunque se disminuye el riesgo.

Apunta que, si vemos las estadísticas de la OMS, notamos que entre tres y cinco millones de personas se hospitalizan cada año por influenza y cuando hablamos de muerte, hay alrededor de 6000.000 muertes por influenza; más o menos 100.000 de los casos corresponden a América Latina. “La influenza no es un resfriado común, es una enfermedad grave que puede tener consecuencias fatales; entonces, el consejo es que se protejan, vacunen y disfruten del invierno lo más que puedan”, concluye.

Algunos datos

En nuestro país, hasta finales de noviembre del 2018, las muertes por virus respiratorios llegaron a los 100 casos en los 10 centros centinelas (hospitales de referencia), según informes de la Dirección de Vigilancia de la Salud, a cargo del Dr. Víctor Guillermo Sequera. Los casos superaron a los registrados en el 2017, año en que la cifra de fallecidos por esta causa llegó a solo 53 casos en los centros centinelas. Es decir, el número de muertes aumentó casi en un 100 % en comparación al año pasado, según los registros de la cartera sanitaria.

Los profesionales de la mencionada dependencia técnica del ministerio destacaron que este marcado aumento de casos fatales por virus respiratorios coincide con la falta de medicamentos e insumos en los hospitales y el colapso en el servicio de terapia intensiva de los principales hospitales. En cuanto a las muertes, 27 fueron causadas por virus sincitial respiratorio, 19 por influenza B, 17 por metapneumovirus, 17 por influenza A/H3N2, 8 por influenza A/H1N1 2009), 8 por adenovirus, y 1 por parainfluenza III. Gran parte de las muertes afectó a niños y ancianos.

mpalacios@abc.com.py 

• Fotos ABC Color/Roberto Zarza.

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