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Cultivo
El tártago se considera como planta anual cuando se lo encara comercialmente. La buena preparación del suelo es fundamental, sobre todo en suelos arcillosos. Es indispensable una preparación de suelo con incorporación de abundante materias orgánicas.
Se siembran entre tres y cuatro semillas por hoyos, con distancias de 0,75 por 1,00 metros en el caso de las variedades enanas anuales y con cosecha mecanizada; 1,5 x 1,5 metros para el Ricinus persicus; entre seis y ocho kilogramos de semillas por hectárea; 2 x 2 metros para el Ricinus zanzibarensis. El mantenimiento se reduce a una o dos limpiezas al inicio del ciclo, asociadas con la entresacada cuando la planta tenga 25 centímetros de altura.
Fertilización
El ciclo varía de 150 a 250 días. Los rendimientos en cultivo puro varían de 600 a 1.800 kilogramos de semillas por hectárea, sin embargo, con un cultivo adecuado y con riego, se puede sobrepasar un rendimiento de 4.500 kilogramos por hectárea.
Usos y aplicaciones
En la industria farmacéutica se utiliza el aceite de ricino para la preparación de purgantes, bálsamos, jaleas y otros. En la industria textil, el tártago se utiliza para la lana, desgrase de tejidos, humectante de telas y para la fabricación de telas impermeables.
También se lo usa para la fabricación de jabones transparentes, champúes y otros. En las curtiembres se lo utiliza como suavizante y en la papelería como humectante.
Las semillas de esta planta sirven como materia prima en la fabricación del rilsán, una materia plástica de alta calidad y fibras textiles.
En la fabricación de aceites lubricantes para motores de competición, motores diesel y reactores.
En las industrias diversas, las semillas del tártago se usan para la elaboración de aislantes, celuloides, polvos, papel carbónico, tintas, humectantes para insecticidas, ácidos grasos y enzimas, entre otros.
Usos
Se usa igualmente para preparar líquidos de frenos, fluidos de gatos hidráulicos. En forma casera, se usa el tártago como purgante, para suavizar el cabello, para engrase de vehículos y cueros, así como para fabricar masillas para calafatear embarcaciones. Además, las semillas puestas en un alambre en forma de S se utilizan como candil. El tártago es considerado últimamente como un rubro de renta, que debería ser restituido a la producción del pequeño y gran productor, debido a los buenos precios internacionales del cultivo, y la incorporación a la industria nacional.
Fotos: MATKEI