Tártago o ricino

El tártago o ricino es originario de Asia meridional. Actualmente está difundido en casi todas partes del mundo; es una planta perenne, pero puede ser cultivable y se convierte en anual. En los primeros momentos la planta es herbácea, y cuando llega a ser adulta, se lignifica y pasa a tener el porte de un árbol pequeño ramificado. De sus semillas se obtienen un aceite que tiene muchas aplicaciones en la industria farmacéutica, cosmética; y aceites industriales, entre los cuales se encuentra el biodiesel.

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El tártago es un cultivo que se da muy bien en el Paraguay. Lamentablemente, su mala comercialización ha hecho que en muchos lugares se haya abandonado y reemplazado por otros de mayores riesgos para el productor. Hoy en día, el tártago es una buena alternativa, tanto para el pequeño productor como para aquellos que quieren encararlo en forma extensiva, debido a que la demanda de su aceite en el mundo es cada vez mayor.
En nuestro país se utilizan muchas variedades de tártago. Las hay de porte alto y mediano; otras de tallos, hojas y frutos rojizos, pero la preferida para obtener el aceite es la denominada Inerme, que está desprovista de espinas. Hay otras variedades que se utilizan para aumentar la producción por hectárea, sobre todo cuando el cultivo es mecanizado.
Actualmente, en nuestro medio se utiliza una variedad llamada criolla, que es de porte mediano, pero con racimos que producen semillas grandes.
Los lugares donde se obtienen mayores rendimientos son: Concepción, Amambay, Cordillera y Canendiyú, donde lograron más de 1200 kilos por hectárea; pero donde más se llegó a producir es en la zona de Canendiyú, con más de 1500 kilos por hectárea. También se da muy bien en otros lugares como San Pedro, Chaco, Paraguarí y Caaguazú.
El tártago es un cultivo que prospera bien en terrenos profundos, aireados, permeables; frescos y de consistencia mediana, pero su adaptación se dificulta en los suelo anegados, extremadamente arenosos o muy arcillosos.

Tiene altos requerimientos de fósforo. Cuando se quiere aumentar la producción se debe agregar fósforo, ya sea el ingrediente activo, o harina de hueso calcinada. Además, se consigue mejor producción en terrenos que tienen suficiente cantidad de materia orgánica.
Se adapta bien a los climas templados, y cuando las lluvias son bien distribuidas; pero baja mucho su rendimiento en las prolongadas sequías, teniendo en cuenta que esta planta requiere unos 500 milímetros de agua durante el período que va desde la germinación hasta la cosecha, entre cinco a siete meses, dependiendo de la variedad.

Hay que tener mucho cuidado con las heladas fuertes, ya que las plantas jóvenes sufren mucho y pueden secarse. Para estos momentos se puede realizar las cortinas de humo en el cultivo, para aminorar el efecto del frío.
El tártago se puede sembrar al finalizar los fríos de agosto hasta fines de noviembre, dependiendo de la temperatura. La mejor época es septiembre.
El suelo se debe preparar dos semanas antes de la siembra, y se realiza en línea, ya sea con una cultivadora o, simplemente, en hoyos realizados con la azada.
La distancia varía de acuerdo a la fertilidad del suelo y a la preparación del terreno. Lo recomendable es mantener una distancia de 3.5 metros entre líneas, y 2.5 metros entre plantas. Para las variedades criollas, la distancia se reduce a la mitad. Cuando se trabaja con sembradora mecánica, la distancia entre líneas es de 1 m, y entre plantas 50 cm.

Se debe tener en cuenta, que la profundidad es 2 veces y medio el tamaño de las semillas, se debe utilizar unos siete kilos de semilla por hectárea cuando se realiza manualmente; si es con sembradora, se duplica la cantidad.
La maduración se produce a los tres meses de la floración, siendo fácil ver a simple vista, ya que la cápsula es de color marrón oscuro y seca. La maduración no se produce toda a la vez, por lo tanto, hay que prestar atención, porque cuando más de la mitad de cultivo ha madurado, es cuando se debe realizar la cosecha. Para obtener el secado de las cápsulas, se debe exponer al sol por tres días, guardar y conservar en lugares secos. Las semillas se obtienen de diferentes formas, golpeándolas o con una trilladora.

El aceite de tártago se utiliza en la fabricación de barnices y pinturas, en la industria de perfume, en la fabricación de lápices labiales, brillantinas; en los plásticos de alta calidad, la industria textil, en la fabricación de aceites especiales para motores de competición, diesel y reactores. También para fabricación del papel carbónico, celuloide, fluidos para frenos, y otras tantas aplicaciones.
Hoy en día, el tártago es el que mayor rendimiento da por hectárea después del coco (del coco se produce 2500 litros), y se presenta como una de las mejores alternativas para fabricar el biodiesel, si se tiene en cuenta que de una hectárea de tártago se puede obtener 1320 litros; sin embargo, de la soja solo se obtiene 420, y del girasol 880.
Además su producción es de ciclo más corto, lo que permite su rápida implementación.

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Recuerde: “El Paraguay puede”.

Texto y fotos: MATKEI
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