Ocupación informal: componentes, características y perspectivas en el país

La economía informal ha sido tema de estudio en las últimas décadas, pero ha cobrado preponderancia durante la pandemia de covid-19. En los últimos seis años se ha registrado un crecimiento sostenido del 10,7% de la ocupación informal en el Paraguay. De 2.452.839 total de ocupados en 2015, el 65% o 1.593.206 personas eran informales. Al cierre de 2020, tanto la cantidad de ocupados como en condiciones de irregularidad, ha aumentado. Así de 2.709.331 trabajadores, 1.764.256 personas (65,1%) estaban empleados de manera informal. Con la pandemia esta situación se agudizó.

OCUPACIÓN INFORMAL, SEGÚN AÑOS DE ESTUDIO
OCUPACIÓN INFORMAL, SEGÚN AÑOS DE ESTUDIOArchivo, ABC Color

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La Organización Internacional del Trabajo (OIT) había definido la economía informal en dos etapas: el sector informal (1993) y el empleo informal (2003).

De acuerdo con la definición del organismo, el sector informal agrupa a las unidades de producción de mercado de los hogares, cuya existencia es tolerada por las autoridades públicas, aunque no respetan la totalidad o parte de las normas requeridas para el ejercicio de una actividad no prohibida por la ley (carácter tributario, derecho del trabajo, estadística u otros registros).

En tanto que el empleo informal se aplica a los asalariados cuya relación de trabajo, de derecho o de hecho, no está sujeta a la legislación laboral nacional, el impuesto sobre la renta, la protección social o determinadas prestaciones relacionadas con el empleo.

Si bien, los indicadores de informalidad ya formaban parte de la problemática por resolver en la prepandemia, con la crisis sanitaria, la situación se ha visto profundizada.

El Instituto Nacional de Estadística (INE), recientemente, dio a conocer el informe de Ocupación Informal 2015-2020. El reporte recoge información (edad, sexo, área de residencia, años de estudio, categoría ocupacional) de la población de 15 y más años de edad ocupada en el sector informal no agropecuaria, que forma parte del indicador del objetivo ocho de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS): “Promover el crecimiento económico inclusivo y sostenible, el empleo pleno y productivo y el trabajo decente para todos”.

Antes de profundizar en los principales datos del informe, es necesario desglosar algunas definiciones de la OIT adaptadas a las circunstancias de Paraguay.

Como se mencionaba, se consideran dos aspectos en el tratamiento de los datos recabados. El primero, que contempla la ocupación informal, agrupa a los empleados y obreros públicos que no aportan al sistema de jubilación o pensión, empleados u obreros privados bajo la misma precedente condición, independiente de la situación de la empresa donde trabaja.

Además, se incluyen a los patrones o empleadores y los trabajadores por cuenta propia, cuya empresa no está inscripta en el Registro Único de Contribuyentes (RUC) del Ministerio de Hacienda. También se recoge información de los trabajadores familiares no remunerados, independientemente de que la empresa donde trabaja tenga o no RUC y los empleados domésticos que no aportan al sistema de jubilación.

En lo que respecta al sector informal y de acuerdo a la definición adoptada por el INE, incluye a aquellas empresas que no están inscriptas en el RUC y no incorpora al sector hogar.

Composición de la economía informal en Paraguay

En los últimos 6 años, se ha registrado un crecimiento sostenido del 10,7% de la ocupación informal en el país. De 2.452.839 total de ocupados en el 2015, el 65% o 1.593.206 personas eran informales. Al cierre de 2020, tanto la cantidad de ocupados como en condiciones de irregularidad, han aumentado. Así de 2.709.331 trabajadores, 1.764.256 personas (65,1%) estaban empleados de manera informal.

Al comparar el año de pandemia (2020) y la recesión económica de 2019 con el 2018, los datos del INE revelan un crecimiento igualmente de la cantidad de ocupados informales, observándose una disminución en el indicador del total de ocupados en Paraguay.

En el 2019 en el país existían 2.747.799 ocupados, cantidad que se redujo a 2.709.331 durante la crisis sanitaria. Mientras que hubo un aumento de 1,4 puntos porcentuales o alrededor de 14.500 personas ocupadas de manera informal en el mencionado periodo de tiempo.

El cierre de empresas durante la pandemia se tradujo en la pérdida de empleo formal de miles de personas. Ante tal situación, muchos de estos desempleados se volcaron a buscar ingresos a través de otras actividades laborales familiares. Al desagregar por áreas, en los últimos seis años, la ocupación informal se ha concentrado en las zonas urbanas, pasando de 1.119.326 personas en 2015 a 1.276.025 en el 2020.

En los sectores rurales también se han observado un aumento de 473.880 a 488.231 empleados en situación irregular. De esta manera, al 2020, el 61,7% de los ocupados en las ciudades eran informales y en el campo 76,3% de los trabajadores. Si se compara con el 2019, las tasas muestran un aumento de 1,2 y 2,1 puntos porcentuales, respectivamente.

Ocupación informal, mayor entre hombres

Con relación al género, la ocupación informal ha sido mayor entre los hombres, que entre el 2015 y 2020 ha aumentado 12,3% y en el segmento de las mujeres, 8,7%. Así, Paraguay pasó de tener 873.146 trabajadores hace 6 años, a contabilizar 981.295 en la mencionada condición al 2020. En tanto que, en el 2015, existían 720.060 mujeres trabajando de manera informal y al cierre del año pasado, 782.961 trabajadoras.

Es importante precisar que la actividad con mayor cantidad de ocupados informales es la de construcción, que justamente es el principal empleador de mano de obra masculina. En el 2015, del total de empleados, el 87,8% eran irregulares y en el 2020, el porcentaje se redujo tímidamente a 87,3% de la población total ocupada en el país.

Los datos del INE también revelan que entre el 2019 y 2020, la cantidad de ocupadas informales se redujo en 3,1%. Muchas de ellas estaban empleadas en el sector económico más golpeado por la pandemia, el terciario. De hecho, en el total de ocupados (913.879 personas) en el sector de comercios, restaurantes y hoteles de 2020, el 70,5% integra el segmento de los informales.

Ante el cierre de locales comerciales y de servicios, miles de mujeres quedaron sin empleo, aunado al hecho de que, si eran madres, tuvieron que quedarse al cuidado del hogar, clases virtuales y otras actividades no remuneradas.

Si bien la cantidad de ocupados informales es mayor en el caso de los hombres, al observar los números con respecto a la población en la mencionada condición, la tasa es superior para el grupo de las mujeres. A decir, en el año de la pandemia, de 1.182.513 mujeres ocupadas en el país, el 66,2% prestaba sus servicios en condiciones de irregularidad, frente al 64,3% de los hombres.

Estos números revelan la brecha laboral que aún existe en el país, donde el acceso y las oportunidades de empleo son mayores para los hombres. Si bien, la cantidad de mujeres empleadas en el país es inferior a la de sus pares varones, en la tasa de ocupados informales con respecto a la ocupación total, las trabajadoras han concentrado la actividad en los últimos seis años.

Años de estudios e ingresos mensuales

Los datos presentados por Instituto Nacional de Estadística reconfirman estudios realizados acerca de que los niveles de informalidad están vinculados a los años de instrucción de los trabajadores, así como a los ingresos que reciben.

Al considerar los años 2015 al 2020, se observa que la mayor tasa de ocupados informales por encima del 70% se da entre la población sin instrucción a 12 años de estudios. Mientras que entre los trabajadores con 13 a 18 años de instrucción, el porcentaje de informales con el mencionado nivel educativo, es de alrededor del 40%.

En concordancia con esos datos y aunque como ya se mencionaba que el nivel de informalidad afecta a más del 50% de la población total ocupada, el mayor nivel se registra en el grupo de edad de 15 a 24 años, así como en la población de adultos de 65 y más años.

En cuanto a los tramos de ingresos mensuales de la población ocupada asalariada y ocupación informal no agropecuaria por año, el mayor porcentaje se registra en el grupo cuyo ingreso es menor a un salario mínimo. A decir, en el 2020, de la población ocupada asalariada de 556.690 personas, 434.427 trabajadores informales o el 78% percibió por debajo de la remuneración básica, seguido de los empleados con un salario mínimo a menos de un salario y medio.

Entre los ocupados asalariados que recibieron tres salarios mínimos y más en el 2020, solo el 17,3% de los informales alcanza estos ingresos mensuales. El resto de los empleados gana por debajo del mencionado tramo.

En cuanto a la categoría ocupacional, el trabajador familiar no remunerado y el empleado doméstico concentran el mayor nivel de informalidad en el país, seguido del trabajador por cuenta propia. Los datos del INE, además de mostrar que el comportamiento ha sido similar entre los años 2015 a 2020, reconfirma que las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes) son las que emplean más mano de obra informal.

En el otro extremo, el empleado/obrero público es el grupo más formalizado, con aproximadamente el 80% de la población ocupada, así como las grandes empresas, al considerar que el 14,9% de los empleados figuran en la informalidad al cierre de 2020. Este porcentaje ha variado con aumentos e incluso reducciones importantes en algunos años.

Cuando se observan los datos sobre el tiempo trabajado en un establecimiento, en el periodo presentado, la mayor informalidad ha estado ligada a la menor antigüedad de los ocupados. A decir, en el 2020, las personas ocupadas con menos de dos meses trabajando han concentrado a más empleados informales (95,8%). De esta manera se refleja la poca predisposición de las empresas e incentivos para operar en el marco de la formalidad desde el aspecto del empleo.

Esta práctica se replica en los siguientes segmentos considerados como tiempo que lleva trabajando una persona, ya que las tasas no bajan de 54% de la población ocupada.

Los datos expuestos reconfirman los problemas estructurales del mercado laboral en Paraguay. Aunado al hecho de que las políticas públicas implementadas en los últimos seis años no han acompañado el proceso ni la demanda generada por el crecimiento económico registrado en el país.

La informalidad no solo está impactando en el potencial de desarrollo y crecimiento económico, sino que provoca una presión a las finanzas públicas asociada a la asistencia social que el Estado está obligado a brindar a su población. La situación también se convertirá en una carga adicional en el mediano y largo plazo, ya que la desprotección de este grupo de trabajadores en condiciones de informalidad hoy, significará nuevas demandas mañana.

Brecha laboral entre hombres y mujeres

La brecha laboral entre hombres y mujeres, así como la calidad del empleo, siguen formando parte de los desafíos que deben ser atendidos de manera urgente para la post pandemia, mediante políticas y programas mejor focalizados, una apuesta al capital humano, creación de incentivos empresariales para la inversión y contratación de mano de obra bajo normas y esquemas formales, entre otras acciones socio-económicas.

Finalmente, y en línea con la Organización Internacional del Trabajo, es necesario tomar medidas extraordinarias a fin de reconstruir los mercados laborales para que el empleo esté en el centro de la recuperación económica.

Crisis

Indicadores de informalidad ya formaban parte de la problemática por resolver en la prepandemia en el país, pero con la crisis sanitaria se ha visto profundizada.

Cantidad

La actividad con mayor cantidad de ocupados informales es la de construcción, que justamente es el principal empleador de mano de obra masculina.

Avances

Perspectiva para el segundo semestre del año son alentadoras, asociada a la recuperación de la economía mundial (avances en la vacunación y esfuerzo fiscal).

Brecha

Brecha laboral entre hombres y mujeres, así como la calidad del empleo, siguen formando parte de los desafíos que deben ser atendidos de manera urgente.

Centro

Es necesario tomar medidas extraordinarias a fin de reconstruir los mercados laborales para que el empleo esté en el centro de la recuperación económica.

Formal

Cierre de empresas en pandemia se tradujo en pérdidas de empleo formal. Los desempleados se volcaron a buscar ingresos en actividades laborales familiares.

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