Prohibir importación de armas: criminalidad, contrabando y desinversión

El presidente de la República firmó el Decreto Nº 642 que autoriza a la Dimabel (Dirección de Material Bélico) suspender la importación de armas de fuego y municiones de cualquier calibre, dejando sin efecto las autorizaciones de importación vigentes.

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La prohibición de importación, dicen, promoverá la seguridad pública y garantiza un adecuado control de los materiales que involucra. El objetivo es combatir el flagelo de la inseguridad en las zonas fronterizas con el Brasil.

Esto no es así. El presidente está mal asesorado. O quizás cedió ante la presión del gobierno de Lula del Brasil, dominado por la izquierda que gusta de estas medidas. Las buenas intenciones del decreto, además de inconstitucional, crearán mayores problemas de los que ya existen. Los gobiernos han venido incumpliendo su principal propósito de otorgar seguridad a la población, motivo por el cual se cuenta con un Estado. Es la gente finalmente la que se encarga por sí misma a resguardar su integridad personal y la de sus familias. Las familias que pueden, según sus ingresos, adquieren con su propio dinero alarmas, contrata servicios privados de seguridad y desde luego porta armas. La inseguridad crece día a día. Nadie está a salvo. El mapa de la inseguridad se volvió de color rojo intenso, en una secuencia sin respuesta por el Estado.

La prohibición de importar armas, para colmo de males, termina por convertirse en un premio a la delincuencia y un castigo a los ciudadanos pacíficos y laboriosos que cumplen las leyes.

Importancia metodológica del análisis

Resulta interesante cómo la política económica es capaz de abordar temas que traspasan lo meramente económico. Lamentablemente la escuela neo keynesiana que prevalece en los institutos y universidades introdujeron en la aulas la idea de que la economía queda limitada sobre temas como el dinero.

Este ha sido un error que creo se está pagando caro hoy día porque es la manera finalmente de reemplazar al individuo por el gobierno, dándole tanta preeminencia a las políticas públicas que la conducta y decisiones de las personas van siendo relegadas. Y no debe ser así. Lo importante es la metodología para un mejor análisis de los fenómenos económicos, educativos, familiares, etcétera. Por ejemplo, la correcta metodología está en la praxeología que distingue a la Escuela Austríaca de Economía. En términos de aplicación, Ludwig Von Mises fue el que mejor desarrolló esta metodología y la aplicó con éxito para una mejor exposición y comprensión de la teoría económica.

Básicamente y en razón al espacio de esta nota, agrego que la praxeología se fundamenta en el axioma de que los seres humanos actuamos, esto es, que los individuos realizamos acciones conscientes hacia objetivos elegidos.

Un poco más para aquí, en los últimos años dos grandes economistas, ambos galardonados con el Premio Nobel, dieron extraordinarios aportes.

Robert Lucas y Gary Becquer

Robert Lucas desarrolló colosales estudios sobre las expectativas racionales para la mejor comprensión de las políticas económicas. Galardonado con el Nobel en el 1995, Lucas empieza a desmitificar toda aquella teoría keynesiana (hoy todavía muy en boga lamentablemente) por la cual la gente actúa con mayor racionalidad de lo que los economistas keynesianos suponían.

Las personas individualmente o reunidas en empresas tienen sumo interés en disponer de información y hasta de experiencias para tomar decisiones. Las expectativas en consecuencia son como condicionantes para comprender y actuar sobre el futuro de la economía.

A mi modo de ver, sería más bien Gary Becquer (Nobel de Economía en el 1992) el que más contribuyó para la comprensión de los fenómenos sociales y las conductas de las personas en los ámbitos donde se actúa.

Becquer fue un pionero en el estudio en lo que se llama el capital humano, la economía de la familia, el matrimonio, el divorcio, el análisis de la delincuencia, las drogas y la población. Sus estudios cambiaron notablemente la forma de pensar de la economía porque además toma en cuenta aquella praxeología que mencioné citando a Von Mises. (Agrego aquí a Ronald Coase, también Nobel de Economía, por sus aportes sobre el costo de las leyes). Expuestos mis fundamentos, seguidamente me referiré sobre los efectos del decreto emitido por el Ejecutivo de prohibir la importación de armas.

Consecuencias no deseadas de la normativa

Los criminales actúan de modo racional buscando maximizar sus beneficios. El criminal sabe de sus objetivos y el logro de los mismos no dependen si es legal lo que hará. El criminal está dispuesto a hacer precisamente lo contrario a lo que es bueno y correcto y comete el crimen porque son débiles las restricciones a su reprochable conducta antijurídica.

Cuando el beneficio de delinquir es superior al costo de cometer un delito, pues se eleva el deseo de violar la ley. Su principal estímulo está en un sistema de policía y de justicia débilmente severo, poco riguroso e ineficiente. Dicho de otro modo, la delincuencia se incrementa si aumenta el beneficio neto de delinquir comparado con el de realizar algo legal, por tanto, el delincuente elige lo más rentable. En nuestro país, desde luego, la rentabilidad del crimen se incrementa con la incapacidad de los órganos del Estado en materia de seguridad sumado a la corrupción. La prohibición de importar armas, finalmente, es una señal positiva para la criminalidad. La población honesta y trabajadora quedará desarmada. Los delincuentes, con o sin el decreto de marras, seguirán consiguiendo armas en el mercado paralelo informal en el que ya se mueven. Las inversiones caerán en un país malogrado por la violencia.

La aplicación del decreto viola un principio fundamental de la sociedad libre en la que toda persona tiene derecho a la legítima defensa de su vida, libertad y propiedad. Igualmente, se incrementará el contrabando de armas de las más sofisticadas a las órdenes de clanes formados y a crearse del crimen organizado, financiados por el narcotráfico, la trata de personas y el secuestro.

Corrupción

En nuestro país, la rentabilidad del crimen se incrementa con la incapacidad de los órganos del Estado en materia de seguridad sumada a la corrupción.

Paralelo

Los delincuentes, con o sin el decreto, seguirán consiguiendo armas en el mercado paralelo en el que ya se mueven. Las inversiones caerán en un país malogrado por la violencia.

(*) Catedrático de materias jurídicas y económicas. Autor de los libros “Gobierno, justicia y libre mercado”; “Cartas sobre el liberalismo”; “La acreditación universitaria en Paraguay, sus defectos y virtudes” y otros como el recientemente publicado “Ensayos sobre la Libertad y la República”.

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