Cuánto se divertían (1)

¿Te imaginas un mundo sin libros físicos?

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¿Te imaginas un mundo sin libros físicos?ABC Color

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I. Observa la ilustración y descríbela.

II. Compara tu descripción con la de un compañero. Indica todas las semejanzas y diferencias que encuentres entre ambos textos.

III. Observa la ilustración y subraya en qué época histórica crees que se va a situar la lectura.

a) En la época medieval.

b) En una época futura.

c) En la época prehistórica.

d) En la época romana.

e) En la época actual.

IV. Responde. ¿Qué es un robot? Explícalo y haz una lista de todos los robots aparecidos como personajes en libros que hayas leído o películas que hayas visto.

V. Lee atentamente y disfruta de la primera parte del cuento «Cuánto se divertían», de Isaac Asimov.

Margie lo anotó esa noche en el diario. En la página del 17 de mayo de 2157 escribió: «¡Hoy Tommy se ha encontrado un libro de verdad!».

Era un libro muy viejo. El abuelo de Margie contó una vez que, cuando él era pequeño, su abuelo le había contado que hubo una época en que los cuentos siempre estaban impresos en papel.

Uno pasaba las páginas, que eran amarillas y se arrugaban, y era divertidísimo ver que las palabras se quedaban quietas en vez de desplazarse por la pantalla. Y, cuando volvías a la página anterior, contenía las mismas palabras que cuando la leías por primera vez.

—Caray —dijo Tommy —, qué desperdicio. Supongo que cuando terminas el libro lo tiras. Nuestra pantalla de televisión habrá mostrado un millón de libros y sirve para mucho más. Yo nunca la tiraría.

—Lo mismo digo —contestó Margie. Tenía once años y no había visto tantos telelibros como Tommy. Él tenía trece—. ¿Dónde lo encontraste?

—En mi casa. —Tommy señaló sin mirar, porque estaba ocupado leyendo—. En el ático.

—¿De qué trata?

—De la escuela.

—¿De la escuela? ¿Qué se puede escribir sobre la escuela? Odio la escuela.

Margie siempre había odiado la escuela, pero ahora más que nunca. El maestro automático le había hecho un examen de geografía tras otro y los resultados eran cada vez peores. La madre de Margie había sacudido tristemente la cabeza y había llamado al inspector del condado.

Era un hombrecillo regordete y de rostro rubicundo, que llevaba una caja de herramientas con perillas y cables. Le sonrió a Margie y le dio una manzana; luego, desmanteló al maestro. Margie esperaba que no supiera ensamblarlo de nuevo, pero sí sabía y, al cabo de una hora, allí estaba de nuevo, grande, negro y feo, con una enorme pantalla donde se mostraban las lecciones y aparecían las preguntas. Eso no era tan malo. Lo que más odiaba Margie era la ranura donde debía insertar las tareas y las pruebas. Siempre tenía que redactarlas en un código que le hicieron aprender a los seis años, y el maestro automático calculaba la calificación en un santiamén.

VI. Contesta.

1. ¿Quiénes protagonizan el cuento? ¿Cómo son ellos?

2. Tommy dice haber encontrado un «libro de verdad». ¿En qué se diferencian ese libro y el «telelibro» que ellos conocen?

3- ¿Por qué a Margie no le gusta la escuela?

Fuentes: http://bitly.ws/SFfG, http://bitly.ws/SFgh.

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