Educación sexual, necesaria y urgente

Pese a la oposición de muchos grupos sociales, la educación integral de la sexualidad debe ser brindada desde la infancia. De las familias y del Ministerio de Educación depende que los menores aprendan a evitar embarazos precoces y enfermedades sexuales.

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En los últimos meses varios grupos denominados “profamilia” se han opuesto a la inclusión de la educación sexual en la malla curricular del Ministerio de Educación, dominados por algunos preconceptos errados de lo que esto conlleva.

La “Encuesta Global de Salud Escolar” que se realizó en el 2017 reveló que la temprana práctica sexual está muy presente en la vida de los estudiantes. Según los datos publicados, el 21% de los adolescentes de la educación secundaria en nuestro país ya ha empezado a tener relaciones sexuales antes de los 14 años y el 77% de los encuestados ya tuvo relaciones con dos o más personas.

La incógnita principal es ¿a qué edad es necesario iniciar con la educación sexual? Al respecto, Mirtha Rivarola, Oficial de Género y Adolescencia del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), consideró que la enseñanza debe realizarse de forma gradual y sistemática a lo largo de la vida de la persona, desde el preescolar.

“Todo esto tiene que ver con desarrollar relaciones interpersonales basadas en el respeto, los derechos humanos, la igualdad entre hombres y mujeres. Que los niños y niñas se empoderen para vivir una sexualidad saludable y responsable”, manifiesta.

Además, señala que la Educación Integral de la Sexualidad (EIS) debe tener una perspectiva holística, amplia, donde “se observe a la persona como un ser completo, universal, de una manera integral y con sus valores humanos”.

 

“Lógicamente que cuando un niño tiene de 5 a 6 años la enseñanza debe ser acorde a su edad”, aclara Rivarola. La socióloga considera que la educación en la sexualidad se debe dar respetando los procesos educativos que van con relación al niño o la niña y cada etapa de su vida.

“Los niños y las niñas tienen que saber y conocerse desde el inicio de las vidas, conocer su cuerpo, saber lo que eso significa, respetar a la otra persona, entender qué es lo que le va pasando, y eso se tiene que hacer de manera gradual”, explica. Adquiriendo conocimientos desde temprana edad, los adolescentes sabrán tomar las decisiones correctas y responsables.

Tanto docentes como padres son cruciales en el marco de la educación sexual. “Tienen que conocer justamente lo que se enseña, para derribar ciertos mitos que hay detrás”, destaca la especialista de UNFPA.

“Cuando el niño y la niña recibe una educación responsable, va a tomar mejores decisiones a lo largo de su vida. Porque justamente el desconocimiento hace que se acerquen a la sexualidad por otras vías, como el internet. Ahí hay informaciones que no son para su edad y así reciben información que no es adecuada”.

En cambio, si la EIS se integra dentro del sistema educativo tendrá todo un proceso curricular que responde a las distintas edades y necesidades de las personas. “Es un proceso gradual, sistemático, que tiene que ver con los aspectos cognitivos, biológicos y sociales de la sexualidad humana”, detalla la experta.

 

Gracias a la oposición de algunos sectores de la sociedad, en nuestro sistema educativo actual aún queda mucho por hacer. Rivarola considera que, si bien, hay elementos de educación de la sexualidad dentro del sistema educativo actual, esos elementos están dispersos en algunas materias por lo que se requiere de una mirada más integral y amplia. “Lo que se necesita es tener un currículum integral a lo largo de la malla curricular”, recomienda.

Como ejemplo, destaca que en países donde se cuenta con dicho sistema bien implementado, los adolescente han retardado su iniciación sexual y han mejorado sus relaciones familiares, porque hay mucha mayor confianza. Además, se ha demostrado que en dichas naciones, quienes han decidido iniciar sus relaciones sexuales lo han hecho tomando las previsiones posibles para no embarazarse, agrega.

“El conocimiento te da poder, te da posibilidad justamente de ejercer tus derechos”, expresa.

Por otra parte, indica que los únicos avances son en materia de reconocimiento de la necesidad de tener una educación de la sexualidad, ya que es un tema al que se enfrentan todos los días padres y maestros. Sin embargo, nos urge una política que se implemente de manera efectiva a lo largo del sistema educativo e involucrando a toda la sociedad.

En julio de este año, la organización "Somos Pytyvõhára" realizó una encuesta entre más de 500 adolescentes de entre 11 y 18 años. Casi el 60% de ellos busca información sobre sexualidad en internet y el 20% con sus amigos. Solo el 10% lo aprende en el colegio. Además, menos del 10% de los chicos encuestados se informan en la casa.

Según el UNFPA, cada año se registran aproximadamente 600 embarazos de niñas entre 10 y 14 años y 20.000 adolescentes de 15 a 19 años dan a luz. Es decir que, en cada periodo parlamentario (cada 5 años), 100.000 adolescentes traen al mundo a más bebés siendo incapaces de brindarles cuidados necesarios.

De cada 100 nacidos vivos en nuestro país, 20 niños son de madres adolescentes que tienen entre 10 y 19 años, de acuerdo a los reportes del Ministerio de Salud.

A raíz de estos datos, calificaron de urgente la necesidad de que el Estado cumpla con su obligación de garantizar el derecho de todas las niñas, niños y adolescentes de recibir educación integral de la sexualidad. 

Este debate, tantas veces postergado, se ha reiniciado y tanto el nuevo ministro Eduardo Petta como el presidente Mario Abdo Benítez se han comprometido a levantar la bandera blanca.

Abdo Benítez incluso firmó un compromiso para “promover la educación integral de la sexualidad a nivel formal y no formal, desde el enfoque de derechos, igualdad de género y educación laica”. Ahora solo resta esperar para ver si las promesas se cumplen o, una vez más, quedan en los papeles. 

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