La película se sitúa en Paraguay, año 1978, en plena dictadura stronista. Dos hombres, Pastor (Ever Enciso) y Dionisio (Aníbal Ortiz), se dedican a enterrar cadáveres clandestinamente en un bosque. Entre el montón de muertos, una mañana, encuentran a Mario, que aún respira; los dos enterradores saben que tienen que matarlo pero nunca asesinaron a nadie antes. El destino de los tres se define durante la final del mundial de fútbol Argentina 78, que transcurre en paralelo en el vecino país.
Para Aníbal, recibir este premio por este papel que, según afirmó, le demandó mucha “preparación” y “esfuerzo”, es algo “difícil de explicar”. El actor, oriundo de Coronel Oviedo, contó que justo pudo conectarse en el momento que anunciarían el premio. “Fue una sorpresa para mí”, reafirmó.
El desafío de interpretar a Dionisio, dijo que pudo lograrlo “gracias a que tuvimos un tiempo importante de previa y ensayo”. Además, señaló que al momento del rodaje se sintió “muy cómodo”, desarrollando las vivencias de su personaje “en el monte”. “Me sentí familiarizado porque yo soy del interior, no tan de tierra adentro, pero sí visitaba de criatura la casa de mis abuelos en lugares de tierra adentro, entonces me sentí cómodo e identificado con muchas cosas. Además, el esfuerzo valió la pena gracias al apoyo que tuvimos”, indicó.
Aníbal reconoció que el tema que la película toca “es muy delicado para muchas personas que vivieron esa época”. Si bien él nació en 1984 y no vivió “mucho” ese tiempo, según contó, “sí me fui enterando por anécdotas lo que pasó la gente, como a través de comentarios de muchos que eran reprimidos. Me hizo aprender mucho también”, subrayó.
El actor recordó que la primera vez que tuvo la oportunidad de ver la película completa recibió agradecimientos de la gente que estuvo presente en la proyección. “Se acordaron de mejores amigos que desaparecieron y también familiares; la gente venía con lágrimas en los ojos a agradecer”, mencionó.
Ortiz destacó y agradeció por sobre todo al director Hugo Giménez y a la productora Gabriela Sabaté, porque esta oportunidad fue para él “muy importante” para su carrera. “Estar en una producción tan importante fue muy especial para mi carrera como actor. Imaginate que no puedo creer todavía que recibí un premio como mejor actor, es increíble, te juro”, insistió.
Pero más allá de haber sido reconocido por su labor individual, Aníbal dijo que al momento de escuchar su nombre se “acordó de todos, porque todo el esfuerzo no lo hice solo yo sino todos juntos, porque hacer cine en Paraguay es muy nuevo para todos, entonces es el esfuerzo de mucha gente que viene haciendo cine. Ni hablar de cómo, es más por amor que otra cosa. Para mí este logro es un esfuerzo de todos. Lo veo como una voz de aliento para seguir luchando por el arte y también que está muy tocado por la situación actual. Entonces para mí es eso, un logro de todos”, cerró. Además de la estatuilla llamada “Kikito”, Aníbal recibirá un premio de 1.500 reales en efectivo.
“Matar a un muerto”, fue estrenada aquí el 5 de marzo, tan solo una semana antes de que se decrete la cuarentena en nuestro país. En Argentina tuvo su estreno en setiembre de 2019, en el Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires, y ya en su participación en el Festival Internacional de Cine de Punta del Este, Uruguay, en febrero de este año, la película obtuvo una Mención Especial del Jurado.
Más participación nacional
SÃO PAULO (EFE). El filme “King Kong en Asunción”, del cineasta brasileño Camilo Cavalcante, fue la gran triunfadora del Festival de Gramado al llevarse tres “Kikitos”: mejor película, actor (póstumo para Andrade Júnior, fallecido en mayo de 2019) y mejor banda sonora.
Este filme cuenta con la participación de la actrices paraguayas Georgina Genes y Ana Ivanova. Además, la productora paraguaya Karen Fraenkel participó de la producción del filme.
El Festival de Gramado, un pequeño municipio de la región serrana del sureño estado de Río Grande do Sul, es el más importante del calendario cinematográfico brasileño y se celebra desde 1973.