Luego de finalizada la guerra de Troya, los jefes griegos que habían sitiado la ciudad vuelven a sus tierras.
Uno de estos, Odiseo (también conocido como Ulises, por los latinos), se embarca con sus amigos para volver a la isla de Ítaca. La valentía y la audacia de Odiseo vencen todos los obstáculos que se le presentan.
El dios Neptuno desata contra sus navíos fuertes tempestades que provocan naufragios.
Odiseo vive grandes aventuras en su largo regreso a Ítaca donde le espera su esposa Penélope, a quien acosan los pretendientes que suponen que Odiseo habría muerto en Troya o en su camino de regreso.
En su periplo, Odiseo llega a la isla de los feacios, donde es recibido y agasajado por el rey Alcínoo, su esposa, Arete, y su hija, Nausícaa.
El rey Alcínoo, profundamente compadecido de los infortunios de Odiseo, le entrega un barco a este, con el cual regresa a su patria, Ítaca.
El concepto de “odisea”
De este libro nació el concepto de “odisea” como: 1. f. Viaje largo, en el que abundan las aventuras adversas y favorables al viajero. Y 2. f. Sucesión de peripecias, por lo general desagradables, que le ocurren a alguien. Estas dos acepciones están consignadas en el Diccionario de la Lengua Española de la RAE.
Cuando Odiseo, después de haber perdido a sus compañeros, llega solo y se presenta en su palacio, disfrazado de mendigo, da muerte a los pretendientes de su esposa, Penélope; regresa con ella y recupera la posesión de su reino.
El final de la novela es realmente trepidante. Odiseo toma venganza de quienes quisieron usurpar su reino casándose con su esposa, Penélope.
La historia recogió también, como un hecho memorable, el ardid utilizado por Penélope para contener a sus pretendientes. Les había dicho que tomaría marido el día en que finalizara de tejer una labor. Lo que hacía era tejer durante todo el día, y luego, por la noche, destejer el sudario.