“El huracán Dorian está listo para desatar su furia en nuestro estado. Es grave y puede ser mortal”, dijo el gobernador de Carolina del Norte, Roy Cooper, en una rueda de prensa junto a representantes de los servicios de emergencia locales.
“Pónganse a salvo y quédense allí. No bajen la guardia”, agregó Cooper.
A primera hora de la mañana, la División de Manejo de Emergencias de Carolina del Sur (SCEMD, en sus siglas en inglés) advirtió de que se registraron más de 225.000 interrupciones del servicio eléctrico a lo largo de la costa de ese estado, y podría ascender a 700.000 a lo largo del día.
El Servicio Meteorológico Nacional alertó de que “el mayor peligro potencial son las inundaciones y súbitas crecidas debido a la combinación de intensas lluvias y su prolongada duración”.
Se prevé que mañana viernes Dorian se aleje ya de las costas de EE.UU. y se adentre el océano Atlántico.
El Centro Nacional de Huracanes (NHC, en inglés) espera que en los próximos días siga teniendo categoría de huracán, aunque más débil que en la actualidad, pues la pérdida de intensidad hasta disiparse en el Atlántico norte va a ser un proceso lento. También existe riesgo de resaca pronunciada y de tornados.
El paso del huracán por Estados Unidos ha sido menos contundente de lo esperado, y han sido las islas caribeñas de Bahamas las más afectadas, donde ha dejado al menos 20 muertos y unas devastadores daños económicos.