BAKÚ y TIFLIS (EFE). El conflicto entre ambas repúblicas caucasianas, enfrentadas desde 1988 por el control del territorio de Nagorno Karabaj (autodeclarada independiente como República de Artsaj), daba poco de qué hablar en los últimos años, con excepción de unos intensos combates en la zona de la república separatista en abril de 2016, que acabaron con la firma de un nuevo acuerdo sobre el cese de hostilidades y el restablecimiento del alto el fuego de 1994.
Hechos más delicados
A diferencia de otras violaciones de la tregua, esta vez los enfrentamientos entre las partes no tienen lugar en la región que ocupa Nagorno Karabaj, bajo control armenio, sino en la frontera que comparten directamente Armenia y Azerbaiyán.
Las tensiones en la frontera entre ambas repúblicas exsoviéticas subieron el domingo y continuaron el lunes y ayer con unos incidentes armados que despertaron todas las alarmas en la región.
Los incidentes se producen principalmente en la frontera entre la región armenia de Tavush y las azerbaiyanas Tovuz y Gazakh, a unos 280 kilómetros al norte de Nagorno Karabaj.
Azerbaiyán sostiene que el ataque del domingo con fuego de artillería fue iniciado por las fuerzas armenias, que intentaron ocupar posiciones cerca de la localidad de Tovuz.
Armenia, a su vez, presentó otra versión de los hechos y afirmó que los militares azerbaiyanos intentaron penetrar en su territorio a bordo de un todoterreno que abandonaron en el camino después de que les obligaran a retirarse.
Las autoridades de ambos países se culpan mutuamente del enfrentamiento armado, que dio lugar a una serie de nuevos incidentes que continuaron ayer.
Bajas en ambos bandos
En los tres días que llevan los enfrentamientos, Azerbaiyán ha perdido a once militares, según su Ministerio de Defensa. También ha fallecido un civil, de acuerdo con Exteriores.
Armenia, por su parte, ha admitido, tras dos días de silencio, la muerte de cuatro militares.
Ambos países han registrado además varios heridos y aseguran que las bajas mortales del enemigo son mayores de lo que admiten las cifras oficiales.
Además de causar muertos y heridos en ambos bandos, los combates en la frontera azerbaiyano-armenia dañaron la red de gasoductos en el territorio de Armenia, dejando sin suministro de combustible a al menos tres localidades, informó ayer Gazprom Armenia.
Llamados a la calma
Rusia, Estados Unidos y la Unión Europea han llamado al cese de hostilidades inmediato en la región, pidiendo a las partes enfrentadas que muestren contención y respeten los términos de la tregua vigente entre ambos.
También el Grupo de Minsk de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europea (OSCE) para el arreglo en Nagorno Karabaj –Francia, Rusia y EE.UU.– ha expresado su preocupación por la escalada y ha instado a tomar “las medidas necesarias” para calmar la situación.
Asimismo, la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC) , una alianza militar en el espacio postsoviético liderada por Rusia e integrada, además, por Armenia, Bielorrusia, Kazajistán, Kirguizistán y Tayikistán, trasladó su “seria preocupación” por la situación en la zona y pidió el restablecimiento del alto el fuego.
Un conflicto de 30 años
El conflicto entre Armenia y Azerbaiyán se remonta a tiempos de la extinta Unión Soviética, cuando la entonces autonomía azerbaiyana de Nagorno Karabaj, poblada mayoritariamente por armenios, pidió su incorporación a Armenia.
Tras ello, comenzó una guerra entre Ereván y Bakú que dejó al menos 25.000 muertos y acabó con la victoria armenia.
Azerbaiyán nunca se resignó a la pérdida del territorio separatista y ha manifestado en más de una ocasión el deseo de recuperarlo a través del diálogo o por la fuerza.