“Ya estamos pronosticando una pérdida de por lo menos 25 millones de empleo para este año 2020 y esa cifra puede ser peor dependiendo de cómo evolucione la situación de los próximos cinco o seis meses”, estimó el economista que acaba de asumir en el cargo tras dos décadas en el banco.
“Ninguna otra crisis había generado una caída en la producción y unos datos tan preocupantes de desempleo como estos, afirmó en una entrevista virtual desde Nairobi, donde estaba destinado como director para Kenia, Ruanda, Somalia y Uganda, y donde sigue debido a las restricciones de viaje.
Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el coronavirus llevó a un récord de 41 millones de personas sin empleo en América Latina y el Caribe, frente a un nivel de 25 millones que había en enero.
La región sigue sufriendo el embate de la pandemia y superó los 4 millones de contagios, obligando a muchos países a establecer un confinamiento que genera una contracción de la economía y pérdida de empleo, para intentar frenar a un virus para el cual todavía no hay vacuna.
Para este año el Fondo Monetario Internacional (FMI) pronostica una contracción del PIB latinoamericano de 9,4%, con una recuperación de 3,7% en 2021. La región -muy dependiente de las exportaciones de petróleo y de materias primas agrícolas- llegó a esta crisis con tasas de crecimiento bajas de cerca de 0,1% en 2019 en comparación al avance del PIB mundial de casi 3%.
Con respecto a la contracción económica, Jaramillo lamentó que esta crisis arrase con muchas pequeñas y medianas empresas, que son un importante motor de empleo en la región.
“Muchas van a desaparecer y están desapareciendo, tenemos noticias, y es muy dramático porque es gente que no tiene muchos recursos, gente que le ha costado mucho”, señaló.