MINSK Bielorrusia (AFP). Desde la elección presidencial del 9 de agosto, decenas de miles de personas salen a las calles cada domingo en Minsk para denunciar la reelección de Lukashenko, que consideran fraudulenta.
La movilización no cesa incluso pese a la fuerte represión. Unas 50.000 personas desfilaron bajo la lluvia en Minsk
Al menos cuarenta personas fueron arrestadas, según el grupo de defensa de los derechos humanos Viasna.
“¡Somos millones!” , lanzó ayer la rival de Lukashenko, Svetlana Tijanóvskaya, en un mensaje subido a las redes sociales en apoyo a la protesta.
“Sveta presidenta”
El sábado pasado, las autoridades efectuaron unas 150 detenciones, en su mayoría mujeres, congregadas para protestar contra el régimen presidencial, y varios periodistas. Algunas de ellas enarbolaban imágenes de la rival de Lukashenko, y gritaban “Sveta, presidenta” , en alusión a la principal líder de la oposición.
Tijanóvskaya, de 38 años, refugiada actualmente en Lituania, reivindica la victoria en la elección del 9 de agosto, tras una campaña electoral en la que esta mujer, sin experiencia política, consiguió movilizar a multitudes.
Haciendo oídos sordos a estas manifestaciones masivas, Lukashenko prestó juramento el pasado miércoles para un sexto mandato, lo que provocó nuevas protestas desde ese mismo día.
La ceremonia en el palacio presidencial no fue anunciada y se celebró en secreto. Las calles principales de la capital permanecían cerradas al público.
Las criticas de varios países occidentales no tardaron en llegar. El gobierno alemán no reconoció al presidente Lukashenko y consideró que el “secreto” que rodeaba la ceremonia de investidura era un símbolo “revelador” de la debilidad del régimen y de su “falta de legitimidad” .
El presidente francés, Emmanuel Macron, declaró por su parte que lo que ocurre en Bielorrusia es “una crisis de poder, un poder autoritario que no consigue aceptar la lógica de la democracia y que se aferra por la fuerza”.
“Está claro que Lukashenko debe irse”, concluyó.
Estados Unidos tampoco considera a Lukashenko “como el presidente legítimo” de Bielorrusia.
Acusaciones contra occidente
El mandatario bielorruso, Alexander Lukashenko, acusa a los países occidentales de impulsar las protestas. Sin embargo, ha pedido ayuda a su homólogo ruso, Vladimir Putin, quien prometió asistirlo en materia de seguridad. En medio de las crecientes protestas, prometió una difusa reforma constitucional para hacer frente a esta crisis política, pero rechaza cualquier diálogo con los detractores del régimen, del que está al frente de 1994.