Integrantes de varios colectivos feministas vestidas de catrinas participaron de una protesta en la plaza Fundadores para honrar a las mujeres asesinadas en el país, con motivo del Día de Muertos en Guadalajara, estado de Jalisco (México). Las tres jornadas de luto, durante las cuales se cancelaron los eventos oficiales y las banderas de México ondearon a media asta, concluyeron con una ceremonia tradicional wixárika, pueblo indígena del occidente del país, en el Palacio Nacional.
También, en el céntrico Hemiciclo a Juárez, integrantes de colectivos feministas se reunieron con una ofrenda para recordar a las mexicanas fallecidas por la violencia machista en el país. “Hoy estamos recordando a las compañeras que ya no están acá con nosotros porque la mayoría de ellas aún no han encontrado justicia”, dijo Ailet, de 18 años. El gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador decretó tres días de luto nacional por las víctimas del covid-19 en México, de 129 millones de habitantes y el cuarto país más enlutado por esta enfermedad.
Madres de víctimas de feminicidio, colectivas feministas y niñas participaron de la marcha de las Catrinas por todas las asesinadas, en el Hemiciclo a Juárez. Se podían ver carteles que decían: “En México, todos los días son días de muertas”, “No fue un suicidio, fue un feminicidio”.
Miles de familias mexicanas celebran desde el pasado domingo el Día de Muertos, la tradición más representativa del país, con fuertes restricciones y enlutadas por la pandemia que deja unos 92.000 fallecidos. Muchos cementerios, que suelen estar abarrotados en estas fechas, permanecen cerrados, mientras numerosos eventos fueron cancelados para evitar que los contagios (a la fecha más de 900.000) se disparen. El Panteón de Dolores, el cementerio más grande de Ciudad de México, lucía desierto.
Solo las personas cuyos parientes iban a ser cremados o sepultados podían ingresar con un máximo de 10 integrantes por familia. A las afueras, unas seis florerías permanecían abiertas, pero sin clientes. “¿A quién le vendemos? Esto está muy triste, pero hay rentas y deudas que pagar”, dijo Isidoro Ávila, vendedor de 76 años.