Este es el mensaje del portavoz del Gobierno, Gabriel Attal, que este martes dijo que “vamos a tener que vivir todavía con esta situación varias semanas”, en línea de lo apuntado la víspera por el presidente, Emmanuel Macron, que había dado una cifra de cuatro a seis semanas.
Attal, en una entrevista al canal Cnews, dijo por su parte que “en torno a abril-mayo (...) esperamos gracias a la vacunación poder levantar las restricciones”.
En Francia están cerrados desde finales de octubre todos los establecimientos de vida social como bares, restaurantes, cines, teatros, salas de espectáculos o gimnasios, y actualmente hay un toque de queda nacional entre las 6 de la tarde y las 6 de la mañana, a lo que se añaden confinamientos domiciliarios de fin de semana en dos ciudades, Niza y Dunkerque.
El portavoz del Ejecutivo recordó que la extensión de esos confinamientos domiciliarios de fin de semana en una veintena de departamentos en los que la tasa de incidencia es particularmente elevada “está encima de la mesa”, aunque subrayó que “si podemos evitar esas medidas, evidentemente las evitaremos”.
También es una posibilidad imponer un tercer confinamiento a escala nacional, pero eso se guarda para el caso de que “hubiera un alza exponencial” de la epidemia.
Preguntado por las declaraciones de la alcaldesa de París, Anne Hidalgo, que considera que un nuevo confinamiento sería inhumano, Attal ironizó señalando que la posición de su Ayuntamiento “cambia cada día”, ya que la semana pasada su número dos proponía un confinamiento breve de tres semanas.
Añadió que si bien “un confinamiento no es anodino”, “no hay nada más inhumano que el virus”.
Sobre la campaña de vacunación, el ministro de Sanidad, Olivier Véran, avanzó que durante este mes de marzo se administrará una primera dosis a seis millones de personas, de forma que serán en total 9 millones desde el comienzo de la campaña en enero, para una población de 67 millones de personas en Francia.