Esos dos días, más de diez mil personas -incluidos unos 1.500 menores de edad- entraron en Ceuta desde Marruecos, la mayoría a nado. España ya devolvió en torno a 9.000 en virtud de una acuerdo ente ambos países.
Según informaron a Efe las autoridades, la primera víctima fue marroquí de 19 años, el mismo día 17. Murió en la orilla de la playa del Tarajal, pese a los esfuerzos de los equipos españoles de socorro.
Tres días después, la Guardia Civil española localizó el cuerpo sin vida de una persona que flotaba muy cerca de la misma playa; era un menor de 16 años.
El 22 de mayo murió en el interior del puerto de Ceuta otro joven de unos 20 años, que se precipitó al vacío desde una altura aproximada de unos diez metros.
Los tres primeros fallecidos fueron enterrados en los días posteriores en el cementerio musulmán de Sidi Embarek de Ceuta.
Esta llegada masiva recrudeció la crisis diplomática entre los Gobiernos español y marroquí originada por la entrada en España del líder independentista saharui del Frente Polisario, Brahim Gali, para recibir asistencia médica, quien voló de regreso a Argelia a primeros de junio.
La Asociación Española de Guardias Civiles (AEGC) instó hoy al Ministerio del Interior a que "de una vez por todas" dé una respuesta a la "difícil situación" que, según dice, se vive cada día en las fronteras españolas de Melilla y Ceuta, que son "los pasos de entrada no solo a España, sino a Europa" desde Marruecos.
En una nota de prensa, la AEGC denuncia que "los asaltos" a los perímetros fronterizos de esas dos ciudades "son cada vez más violetos", como el sucedido hoy en el Dique Sur de Melilla.
Participaron más de 150 inmigrantes, "que venían pertrechados con palos y piedras para agredir" y 21 agentes resultaron heridos, según esta asociación.