Duma rusa inaugura legislatura tras comicios marcadas por denuncias de fraude

Moscú, 12 oct (EFE).- La Duma o Cámara Baja del Parlamento ruso inauguró hoy su VIII legislatura con un hemiciclo en el que el partido oficialista, Rusia Unida, tiene mayoría constitucional tras los comicios de septiembre, que estuvieron marcados por denuncias de fraude y la marginación de la oposición radical al Kremlin.

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La primera mujer cosmonauta de la historia, Valentina Tereshkova, declaró abierta la legislatura como segunda diputada de mayor edad, 84 años, dado que al que le correspondía el honor por tradición le ofreció la silla de presidenta de la sesión inaugural.

La primera sesión de la Duma, formada por 450 escaños, está dedicada a la organización de la Cámara Baja y de los 32 comités parlamentarios y tres comisiones, así como a la elección del presidente, que será de nuevo Viacheslav Volodin.

El primer debate lo protagonizaron el líder del Partido Liberal-Democrático, Vladímir Zhirinovski, y el jefe del partido de nuevo cuño Gente Nueva, Alexéi Necháev, dado que el primero propuso obligar a los diputados a vacunarse para poder entrar en el Hemiciclo y el segundo opinó que debe ser voluntario.

En la Duma entraron cinco partidos: Rusia Unida, que con 324 escaños tiene mayoría constitucional, seguido del Partido Comunista (57), de los socialdemócratas de Rusia Justa (27), el Partido Liberal-Democrático (21) y Gente Nueva, que recibió 13 escaños.

Estos partidos votan tradicionalmente en las grandes cuestiones con Rusia Unida, por lo que se les conoce como oposición sistémica. Gente Nueva ha sido considerado un proyecto del Kremlin para dividir el voto.

Según el digital independiente Meduza, 88 candidatos electos rechazaron sus escaños, entre ellos cuatro de los cinco cabezas de lista de Rusia Unida, como los ministros de Defensa y de Exteriores, Serguéi Shoigú y Serguéi Lavrov.

Con la excepción del partido liberal Yábloko, la oposición real al Kremlin no pudo participar en los comicios.

En su mayoría, sus candidatos no pudieron registrarse debido a diferentes trabas, desde acusaciones de extremismo hasta la posesión de activos en el extranjero. Otros han abandonado Rusia por la presión de las autoridades.

Las autoridades emprendieron una campaña de persecución contra la oposición extraparlamentaria liderada por el encarcelado Navalni, cuyo movimiento político fue declarado meses antes "extremista".

A su vez, los comunistas denunciaron numerosas irregularidades en estas elecciones, que duraron tres días y que por primera vez permitieron el voto electrónico en Moscú y seis regiones, una plataforma que, según la oposición dentro y fuera de la Duma, facilitaba el fraude.

Las sospechas de fraude fueron especialmente fuertes en Moscú, que utilizó su propia plataforma electrónica.

En la capital rusa, varios candidatos comunistas e independientes iban liderando el recuento para verse de repente superados por el aspirante oficialista en el voto electrónico.

Según la organización Golos, que vela por los derechos de los electores, el principal problema de "magnitud nacional" ha sido la votación forzosa de militares y funcionarios, el fraude en el voto a domicilio e intentos de impedir el trabajo de los observadores.

La Comisión Electoral Central (CEC) defendió la legalidad del resultado del voto electrónico y anuló en total 40.605 papeletas en las elecciones legislativas, pero insistió en que se trata de tan solo el 0,0004 % de los votos.

"¿Llamáis a eso una campaña sucia?", aseveró el pasado 24 de septiembre la presidenta de la autoridad electoral rusa, Ella Pamfílova.

Según una encuesta del pasado día 6 del Centro Levada, el 46 % de los rusos creen que las elecciones fueron justas y el 45 % considera que no lo fueron.

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